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A ocho años de la partida de Juan Miguel Echecopar y el recuerdo de su familia, que es la evocación de todos

Ayer, como cada 29 de marzo, los suyos le dedicaron palabras al memorable y apreciado jugador, entrenador, concejal, vecino y amigo, a uno de los personajes más importantes de la historia de la ciudad

Para la familia Echecopar, cada 29 de marzo no es para nada un día más del extenso calendario. Porque desde el 2012 la ausencia de un hombre tan querido en el ámbito pergaminense, ya sea social, deportivo o político, como Juan Miguel, dejó un vacío muy grande para todos.

Nació el 16 de octubre de 1946. Tuvo sus comienzos futbolísticos en Tráfico’s Old Boys para luego realizar una larga trayectoria a nivel profesional. Debutó en Estudiantes de La Plata, un 15 de mayo de 1966, ante Vélez Sarsfield, convirtiendo uno de los goles en el empate 2 a 2.

Juan, tal vez, nunca imaginó que iba a dejar una huella imborrable en el club platense. Dos años más tarde, en 1968, comenzó su momento dorado. Consiguió la primera Copa Libertadores de América al derrotar en la final a Palmeiras de Brasil.

Su historia gloriosa con Estudiantes fue mucho más grande, cuando por primera vez en su historia, el club tocó el cielo con las manos al conseguir la Copa Intercontinental ante el Manchester United, en el mítico Old Trafford, catalogado como “el teatro de los sueños”.

En 1969, Estudiantes volvió a conquistar la Copa Libertadores después de ganarle las dos finales a otro histórico: Nacional de Uruguay.

La temporada 1970 también está grabada en la rica historia del León platense ya que se convirtió nuevamente en el “Rey de América” y, así fue el primer tricampeón del continente. Esa vez, la víctima fue otro equipo popular uruguayo, Peñarol.

Juan Miguel Echecopar estuvo dos años más en Estudiantes para luego emigrar al Granada de España. También debutó con un gol, en la primera fecha, contra la Real Sociedad, en el triunfo 2 a 0.

Al año siguiente, en 1974, paso al Real Murcia, donde permaneció por dos temporadas.

Murcia fue su último destino como jugador. En 1986, como entrenador, llevó a Douglas Haig por primera vez al futbol profesional ganándole la final, en Tandil, a Olimpo de Bahía Blanca y logrando el ascenso al Nacional B.

Rodrigo, uno de sus hijos, ayer lo recordó como lo tienen presente todos: “A nivel persona todos sabían lo quera mi papá. Lo que más extraño es el dialogo que teníamos a diario. El ejemplo que él me dio es lo que trato de transmitirle a mis hijos”.

Por su lado, Lorena, más conocida como “Lola”, escribió en su Facebook: “Quién iba a imaginar que sería la última foto familiar, hasta Mate y Juanita están, con Loli estábamos embarazadas.

“Quiero recordarte como fuiste, como sos ya que tu esencia sigue, sos un gran ejemplo; 8 años de tu partida y todos te recuerdan sin fin... ‘oro en polvo’, ‘un crack en la cancha como en la vida’”, expresó.

“Hablan de lo mismo, no de los títulos obtenidos, de lo que hayas logrado materialmente... sino de tu calidad humana, tus valores, tus principios, tu ética, tu predisposición, tu dedicación, tu amor y comprensión incondicional, tus frases, tu familia.

“Sos un orgullo, un ejemplo, la mejor herencia: Te fuiste para recodarme que el amor nunca se acaba, que cuando se ama la muerte no existe. Te extraño y te abrazo cada vez más fuerte, Papi”, manifestó “Lola”.

A Juan Miguel Echecopar lo recuerda su familia. Lo recuerdan sus amigos. Lo recuerda Pergamino.

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