• cielo claro
    15° 29 de Marzo de 2024
balance-argentinajpg

Balance de la economía argentina durante el año 2019

Gustavo Ludmer Por Gustavo Ludmer | 29 de Diciembre de 2019

Las fiestas suelen ser momentos donde se realizan balances de lo ocurrido en el transcurso del año que pasó. Sin lugar a dudas, 2019 fue el peor año para la economía argentina desde 2002: devaluación, reperfilamiento de los pagos de la deuda, vuelta del cepo, aceleración de la inflación, cierre de empresas y más recesión.

Sin embargo, para analizar la foto del 2019 conviene mirar la película de las últimas décadas. Entre 2002 y 2010, la economía argentina tuvo superávits gemelos, que consistían en dos elementos simultáneos: 1) el Estado Nacional recaudaba más de lo que gastaba; 2) el país generaba más dólares de los que utilizaba. Desde 2011, ambos se volvieron deficitarios.

¿Cómo se administraron dichos déficits?

Durante el segundo mandato presidencial de Cristina Fernández, se morigeró el déficit externo a través de la administración de las importaciones y de controles cambiarios a la compra de dólares. En esos años, los déficits fueron financiados con las reservas internacionales en poder del Banco Central, que cayeron de U$S 52.000 millones en 2010 a U$S 27.000 millones a fines de 2015. En paralelo, el déficit de las cuentas públicas fue financiado con emisión monetaria y captando los excedentes de otros organismos públicos (ANSES, PAMI, Fondo de Garantía de Sustentabilidad, Banco Nación, Lotería Nacional, entre otros). En 2015, Argentina tuvo un déficit externo de 2,7% del Producto Bruto Interno (PBI). A su vez, el sector público nacional tuvo un resultado negativo primario de 3,8% del PBI (antes del pago de intereses de la deuda externa) y un resultado financiero de -5,1% (luego del pago de intereses).

En un primer momento, el Gobierno de Mauricio Macri eliminó los controles cambiarios y liberalizó el comercio exterior, lo que derivó en un incremento de las importaciones. El déficit externo alcanzó su récord histórico en 2018 al totalizar 5,2% del PBI, financiado vía endeudamiento del Estado Nacional: la deuda pública creció más de U$S 100.000 millones entre 2016 y 2019. En paralelo, se realizó un fuerte ajuste de los gastos del Estado, básicamente en subsidios a las tarifas públicas y en jubilaciones y pensiones (que redujeron 20% su poder adquisitivo entre noviembre de 2015 y noviembre de 2019). De esta forma, el déficit primario se redujo a aproximadamente 0,8% para 2019. Sin embargo, los mayores pagos de intereses de la deuda no permitieron reducir el déficit total del Estado argentino, que cerrará 2019 en torno al 4,5% del PBI. En otras palabras, la reducción del gasto público vía jubilaciones, pensiones, subsidios a las tarifas y obra pública fue compensada por los mayores egresos vía pagos de la deuda durante los últimos cuatro años.

La actual crisis de la economía argentina se enmarca en esa película: el agotamiento de la capacidad de financiar los déficits, tanto del Estado como de la economía en su conjunto.

¿Cómo lo sobrellevó el Gobierno de Macri?

Durante la primera mitad de 2019 (y parte del 2018), a través del mayor préstamo de la historia del Fondo Monetario Internacional y con un mayor ajuste del gasto público. Desde agosto de 2019, con el reperfilamiento de los pagos de la deuda del Estado; es decir, no pagando los vencimientos de los bonos de la deuda y con la reinstalación de los controles cambiarios, estableciendo un tope de U$S 200 por mes a la compra de divisas.

En paralelo, el dólar pasó de cotizar $20 en abril de 2018 a $60 a fines de 2019, lo que provocó la aceleración de la inflación (que pasó de 25% anual en 2017 a más de 50% en 2019) y la caída del poder adquisitivo de la población argentina. Dado que los salarios y las jubilaciones aumentaron por debajo de la suba de precios, el consumo se vio afectado, lo que deprimió las ventas y llevó a una contracción de 2,5% del PBI de Argentina en 2019.

Ahora bien, de cara al 2020. ¿Cuál es el margen para la recuperación de la economía?

Considerando la incapacidad de financiar los déficits fiscales y externos, es difícil imaginar un escenario de fuerte recuperación durante 2020 (probablemente el Gobierno se guarde esa carta para 2021, año de elecciones). Es más probable imaginar un proceso de crecimiento moderado (o empate, utilizando una metáfora deportiva), comparado con 2019 (las estimaciones privadas hablan de un primer semestre similar al 2019 y un segundo semestre de recuperación). Sin embargo, esto va a quedar atado al éxito del proceso de renegociación de la deuda externa. Si el Gobierno logra estirar vencimientos, va a disponer de mayores recursos fiscales (y la economía de dólares) para estimular el consumo de la población. Caso contrario, las restricciones se pueden agravar. Por ese motivo, la renegociación de la deuda con los acreedores privados y el FMI será la madre de todas las batallas.

El autor es Economista (UBA), Profesor de Macroeconomía I (UBA y UMET), Director Ejecutivo@Sidbaires Investigador del sector textil y de la ropa.

Si todavía no recibís las notificaciones de PRIMERA PLANA, mandanos un Whatsapp al 2477.506005 con la palabra ALTA y pasarás a formar parte de nuestra base de datos. ¿Más fácil? Hacé click en el siguiente enlace http://bit.ly/2tCrZxJ.

Si todavía no recibís las noticias de PRIMERA PLANA en tu celular, hacé click en el siguiente enlace https://bit.ly/3ndYMzJ y pasarás a formar parte de nuestra base de datos para estar informado con todo lo que pasa en la ciudad y la región.