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Carpooling, una tendencia de viajes colaborativos en la que se infiltró la ventaja individual

La comunidad en expansión atravesó algunos conflictos luego de que se retomaron los viajes de larga distancia al finalizar la cuarentena. Muchos usuarios, principalmente estudiantes, reclamaron que hay miembros que buscan sacar ventajas económicas de los traslados. “Eso va totalmente en contra de los valores de nuestra comunidad”, dijo uno de ellos

La movida del Carpooling creció exponencialmente en los últimos años, principalmente, previo a la pandemia. Muchos pergaminenses comenzaron a organizarse entre desconocidos, a través de los grupos de Facebook, para viajar juntos a Buenos Aires, a Rosario u otro destino compartiendo los gastos de combustible y peaje.

Con la cuarentena, y las restricciones ya conocidas por todos, los traslados cesaron y la actividad del grupo se detuvo. No obstante, desde que se volvieron a habilitar los viajes de larga distancia, los grupos de carpooling cobraron vida nuevamente, pero con algunas complicaciones.

Hace unos días atrás, una miembro de la comunidad hizo público su reclamo, debido a que algunos choferes estaba pidiendo demasiado dinero a cambio del traslado. “Por favor, no nos olvidemos que este grupo es para compartir los viajes, no para lucrar a costa de los estudiantes que viajamos a casa. El único fin de carpooling, es compartir y dividir los gastos entre los que estamos arriba del vehículo”, fueron las palabras de la joven en el posteo.

A continuación, denunció que le cobraron por el traslado de Rosario a Pergamino, hasta 700 pesos, valor que supera lo que sale el pasaje en micro de larga distancia.

Teniendo en cuenta que las reglas son claras y establecen que los gastos deben dividirse, dicho precio resulta excesivo. “Esto más que compartir, es una avivada. No permitamos que nos sigan estafando. Que vamos, ¿En avión? Son un chiste”, sentenció.

También pidió que quienes utilicen el traslado de pasajeros como una fuente de ingresos personal, que lo deje en claro con anticipación y tenga los papeles y las habilitaciones correspondientes, además de un vehículo en condiciones.

Al respecto, el administrador del grupo cuenta que en un principio habían establecido los parámetros de precio, pero que después de la pandemia, surgió otra vez el tema. Durante la cuarentena obligatoria, en la que nadie podía viajar, habían decidido bloquear los posteos del grupo. Sin embargo, como los transportistas y comisionistas estaban exceptuados de dicha restricción, quienes manejan el grupo permitieron el ingreso de estos trabajadores para que puedan darse a conocer y sean contactados por los miembros en caso de requerir sus servicios. “En el grupo prácticamente son todos estudiantes y necesitaban algún medio para poder trasladarse y estar en contacto con su familiares”, explicó Renzo a PRIMERA PLANA.

Cuando se flexibilizaron las medidas y restricciones en cuanto a los viajes, reactivaron las publicaciones de todos. “Pero para ese entonces ya había muchas personas que aprovecharon el momento y comenzaron a cobrar a precios de transportistas, sin serlo, para tener un margen de ganancia, yendo totalmente en contra de lo que es carpooling”, señaló.

Después de eso, comenzaron a eliminar de la comunidad a las personas que habían buscado sacar ventaja de la situación y también a algunas empresas de transporte y remises particulares.

“El problema fue que una señora que había perdido su trabajo debido a la pandemia, al igual que muchos otros, empezó a hacer traslado de pasajeros, obviamente a un precio que le dejara una ganancia. Como yo la había sacado, se comunicó con otra administradora que solidariamente le permitió ofrecer su servicio siempre que aclare anticipadamente que se trata de eso justamente, un servicio con determinado precio”.

A partir de entonces, otras personas que se encontraban en la misma situación hicieron lo mismo. “Y para ser justos, si una persona se lo permitimos, ¿por qué a otra no? En ese momento se descontroló un poco todo. Personas no transportistas empezaron a ofrecer viajes a precios elevados y comenzamos a recibir muchas quejas de personas que viajaban en pésimas condiciones a cambio de una suma excesiva. Esta gente estaba lucrando desmedidamente sin ningún valor solidario propio del carpooling”, agregó Renzo.

Él considera que en la comunidad de Facebook deben permanecer sólo los verdaderos carpooleros e insiste en que “Carpooling no es un trabajo, sino que implica otros valores y una relación más allá del simple vínculo chofer-pasajero-cliente”, y sostiene que quienes ingresan al grupo, aceptan las reglas establecidas por el mismo.

Como postula la página oficial, uno de los mayores impactos positivos de Carpoolear es reforzar los lazos sociales. Al compartir un viaje, las personas generan un vínculo a través de las charlas. Surgiendo posibilidades de trabajo y nuevos contactos, intercambiando puntos de vista sobre distintos temas, generando confianza entre la gente, formando un sentimiento de “comunidad carpoolera”.

A su vez, es una práctica que disminuye la cantidad de autos circulantes, por lo tanto reduce el impacto ambiental y también representa un beneficio económico para los usuarios. “Por eso creemos importante alentar esta práctica y concientizar a las personas para que hagan un uso más racional del automóvil”.

Otra de las administradoras sentenció que el "Carpool al parecer funciona en todas las comunidades del mundo, menos en la preestablecida para Pergamino-Rosario”.

Para evitar nuevos inconvenientes hizo referencia a las reglas de la comunidad, recordando a los usuarios que no es un servicio de transporte, sino que es una propuesta de economía colaborativa. “Quienes conducen comparten su viaje y pueden pedir una colaboración. Puede ser chipá, mates bien cebados, charla o dinero. En caso de elegir dinero, recomendamos llenar el tanque antes del viaje y nuevamente al llegar. El primer ticket validará que el tanque estaba lleno, el segundo, mostrará el gasto que sumado a los peajes, da un total a dividirse entre todas las personas que van en el auto, incluido el conductor. Esa es la máxima contribución que se puede pedir”.

También añadió que la plataforma oficial, “Carpoolear”, ofrece, al crear un viaje, una calculadora que da un aproximado del total del dinero para combustible, al que se le puede sumar un 15 por ciento para los peajes. “Si hay alguien que no cumple, se debe denunciar por privado”.

Desde 2015 que Renzo viaja por este medio y como trabajaba en una panadería, siempre regalaba una bolsa de facturas y alguna bandeja de masas secas a quien lo lleve como forma de agradecimiento. “Carpooling para mi es eso simplemente: Un sistema de vida donde no hay ganadores ni perdedores sino ayuda desinteresada y mutua y que, además, tiene un beneficio ecológico”, sentenció a PRIMERA PLANA.

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