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Cerró el único jardín maternal habilitado: Para cumplir el protocolo tenían que cobrar una cuota inaccesible

Las autoridades de Clave de Sol, ubicado en Ayacucho y Belgrano, anunciaron el cierre definitivo del establecimiento. Habían propuesto que el Gobierno municipal se hiciera cargo de su gestión, ante la dificultad de afrontar la continuidad. Con el protocolo de regreso a clases, comprendieron que la cuota superaría los 12 mil pesos, un monto muy elevado que las familias no podrían afrontar.

El primer y único jardín maternal privado de San Pedro reconocido por la Dirección General de Cultura y Educación bonaerense, Clave de Sol, cerró sus puertas de manera definitiva, anunciaron sus autoridades esta semana, al inicio del ciclo lectivo 2021.

El establecimiento fue inaugurado hace más de una década por la profesora Liliana Agüero, su directora y responsable legal, quien logró que lo reconozcan oficialmente como institución educativa para la primera instancia. Sin embargo, no pudo obtener subvenciones que permitieran mantener la continuidad del servicio.

A la crisis de 2018 se sumó la pandemia de coronavirus COVID-19, que mantuvo las puertas cerradas durante 2020. Para la reapertura de 2021, el protocolo implicaba requisitos operativos que disparaban la cuota por encima de los 12 mil pesos para afrontar los costos operativos. Ante esa realidad, decidieron cerrar.

“Clave de Sol cierra sus puertas después de recorrer un largo camino”, dijo su directora, Liliana Agüero, en una carta abierta a la comunidad en la que difundió la novedad. Aunque esperaban retomar actividades para el ciclo lectivo que comenzó este lunes, no pudieron.

El 1 de febrero, como todas las instituciones educativas, debían abrir las puertas. No lo podían hacer sin el protocolo del Ministerio de Educación provincial, que les fue comunicado el 22. Pensando en la “nueva normalidad” comenzaron a trabajar con el objetivo de preparar el regreso.

Reformularon los espacios compartidos, reestructuraron las salas para las “burbujas” con grupos reducidos “que contaría con un docente y un auxiliar a cargo, teniendo en cuenta toda la normativa vigente de cuidados, etc.”, pero, señalaron, “no fue suficiente”.

“El espacio con el que se contaba en cada sala sólo permitía a un número reducido de niños participar, mucho menor al planificado con anterioridad para desarrollo de una jornada de trabajo, lo que hacía que el valor de la cuota estimada para afrontar los costos salariales y gastos de funcionamiento del Jardín fuese muy elevada, haciendo muy difícil el compromiso de las familias para el regreso”, indicó Agüero en su nota.

Antes de la pandemia, en 2018, cuando la crisis económica golpeó fuerte al país, el único jardín maternal habilitado en San Pedro sufrió los embates. Comenzaron las gestiones para intentar conseguir subvenciones que permitieran la continuidad del proyecto pero cuando llegó la COVID en 2020 todo fue peor.

Liliana Agüero propuso a autoridades provinciales y municipales pasar el jardín a la órbita estatal. En una carta al gobernador Axel Kicillof reintentaron la iniciativa. El intendente Cecilio Salazar se había mostrado interesado. Pero las cuestiones formales y la burocracia implicaban analizar con mucho detalle la posibilidad.

En 2020 el establecimiento percibió ATP para hacer frente a los sueldos. Los propietarios del edificio comprendieron la situación y accedieron a esperar para cobrar el alquiler de todo ese año de inactividad. Este lunes, 1 de marzo, el sueño del Jardín Maternal se terminó.

“Desde que comenzó todo esto, luché contra viento y marea: pedí ayuda al Intendente, le ofrecí donar mi proyecto al Municipio ya que éramos el único Jardín Maternal en la ciudad, tan necesario en la comunidad. Solicité y gestioné la ayuda para recibir los ATP para mis docentes y Auxiliares”, contó Agüero.

“Dialogué y presenté mi proyecto ante distintas autoridades provinciales de educación, diputados, la asociación AIEPBA, concejales de distintos bloques de nuestra ciudad, consejeros escolares, inspectores de la Región 12, al Director de Educación del municipio, etc., para conseguir una subvención, ya que nunca la tuvimos, ni recibimos ayuda de ningún tipo tanto municipal, provincial o privada”, agregó.

Al final de la nota, agradeció la articulación que supieron coordinar con el jardín 901; a las familias “que durante todos estos años nos acompañaron eligiendo el mejor lugar para sus hijos, eligiendo una educación de calidad, ‘un lugar diferente para crecer’; a cada una de las seños, excelentes profesionales de la primera infancia que me acompañaron en este sueño utópico entregando tanto amor”.

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