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Científicos controlan un hongo del maíz sin fungicidas

Científicos de Córdoba estudian el control biológico de un hongo de los granos de maíz, para evitar el uso de fungicidas químicos que contaminan el medioambiente.

Mientras crece la conciencia sobre la necesidad de producir alimentos sanos, libres de sustancias químicas nocivas para la salud, también crece la cantidad de investigaciones científicas que apuestan a encontrar formas de prescindir de agrotóxicos para controlar hongos, plagas y malezas en los cultivos.

Mientras, por ejemplo, investigadores en La Plata utilizan una avispa para combatir la polilla del tomate, ahora científicos de Córdoba estudian el control biológico de un hongo que causa la contaminación de granos con micotoxinas, un desarrollo que podría evitar el uso de fungicidas químicos y la consecuente contaminación del medioambiente. El equipo de trabajo está formado por investigadores de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y también del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).

Se trata del hongo Aspergillus flavus, que cuando infecta al cultivo de maíz libera una micotoxina altamente toxica para humanos lo que impide su comercialización.

Estos científicos ensayaron una estrategia de control biológico que propiciaría el desarrollo de un producto natural seguro contra ese hongo, causante de la podredumbre de los granos y las espigas.

Aspergillus flavus posee dos tipos de cepas: las toxigénicas, que producen micotoxinas cuando infectan a los cultivos; y las atoxigénicas, que no producen micotoxinas. “Una estrategia exitosa que se probó en otros países fue poblar cultivos de maíz con cepas no tóxicas. Estos microorganismos compiten con las cepas tóxicas y reducen la contaminación que provocan”, explicó el doctor Boris Camiletti, becario post-doctoral del CONICET en el laboratorio de la doctora María de la Paz Giménez Pecci en el Instituto de Patología Vegetal del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (IPAVE – INTA), en Córdoba.

En Estados Unidos existen dos productos comerciales registrados, AF36 y AflaGuard, y en África hay uno más: AflaSafe. “Los agentes de biocontrol deben ser seleccionados a partir de la población nativa de Aspergillus flavus, ya que se consideran mejor adaptados al lugar donde se van a aplicar. Es decir, no se pueden importar los productos ya registrados en otros países”, indicó Camiletti, quien también es profesor de Microbiología Agrícola en la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).

Tal como se describe, Giménez Pecci, Camiletti y sus colegas del INTA y de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la UNC, lograron seleccionar dos cepas no tóxicas de ese hongo a partir muestras de espigas de maíz cultivadas en la región maicera centro-norte de Argentina, principalmente norte de Córdoba, Tucumán y Santiago del Estero“En ensayos de laboratorio, comprobamos que estas dos cepas de Aspergillus flavus fueron capaces de reducir la síntesis de micotoxina. El siguiente paso será evaluar la aplicación del producto en cultivo de maíz, para analizar su desempeño en condiciones naturales”, destacó Camiletti. Y agregó que la propuesta apunta a ser considerada rápidamente por la industria del maíz.

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