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Contaminación de las aguas: científicos e investigadores desarrollan la situación de Pergamino en una revista de ciencia

El trabajo corresponde a UCCSNAL, que propone reflexionar críticamente sobre la naturaleza de los procesos sociales de construcción de la ciencia y la tecnología, sus productos y sus impactos

La Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad y la Naturaleza de América Latina (UCCSNAL) es una articulación de especialistas de distintas área que decidieron, en homenaje al impulsor Dr. Andrés Carrasco y al cumplirse cinco años de la fundación, presentar el primer número de la revista “Ciencia Digna”.

Es imprescindible que todo proceso de generación y aplicación de tecnologías en la sociedad sea convalidado por la licencia social y ambiental correspondiente, fruto de legítimos procesos participativo que tengan como eje el respeto por las culturas, los territorios, los mecanismos de decisión y los sistemas sociales locales”, expresó Carrasco.

El primer número de la revista Ciencia Digna tiene como propósito convertirse en una herramienta útil para alimentar los debates sobre ciencia y tecnología propiciando un diálogo de saberes con mayor participación pública posible.

Los cultivos extensivos de soja transgénica han dejado numerosos pasivos ambientales, como ser desmontes, pérdidas de suelo y biodiversidad, inundaciones, contaminación ambiental y diversas consecuencias socio-económicas y sanitarias. En este contexto, el debate de las “distancias de aplicación” de los agroquímicos a las poblaciones humanas (cuyos rangos tienen una gran variabilidad interjurisdiccional), ocupa gran parte de las agendas políticas actuales.

El objetivo de este aporte es brindar una breve síntesis sobre las principales investigaciones que, a lo largo del tiempo, constataron la presencia de residuos de agrotóxicos en distintas matrices ambientales. Además, datos bibliográficos sobre cuáles son las distancias mínimas necesarias para la protección de la salud humana y animal.

En último término, realizar algunas reflexiones y recomendaciones concernientes al modelo agroindustrial impuesto y su creciente conflictividad ambiental y a la necesidad de una urgente opción “agroecologíca” que promueva la producción de alimentos sin transgénicos y sin agrotóxicos.

No hay dudas que el debate de las “distancias de aplicación” de los agroquímicos a las poblaciones humanas (cuyos rangos tienen una gran variabilidad interjurisdiccional), ocupa gran parte de las agendas políticas actuales. Sobre todo, en ámbitos legislativos y judiciales de diversas localidades rurales de nuestro país. En especial, de las provincias que conforman la zona “núcleo” de producción de soja; como por ejemplo Chaco, Santa Fe, Entre Ríos, Córdoba, Buenos Aires y La Pampa.

En general, los disparadores de estos debates son los propios vecinos afectados por las conocidas “derivas de los agrotóxicos” que se organizan en asambleas ciudadanas, que rápidamente son acompañados y  asesorados por las organizaciones ambientales locales y nacionales. Luego de numerosos, intrincados y burocráticos recorridos, obtienen alguna respuesta en los estrados judiciales que momentáneamente los “protege” de este conocido flagelo ampliando los rangos de protección.

Recientemente, varios estudios revelan la presencia de glifosato en el agua de lluvia en las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba, con valores extremos de hasta 7.69 ug/L. De acuerdo a toda la información disponible, la presencia de residuos de agroquímicos es un fenómeno que se extiende en gran parte del área productiva del país, con algunos sitios, por ejemplo, la cuenca del arroyo Pergamino (Provincia de Buenos Aires), como una de las zonas del país mayormente estudiada en cuanto a la presencia de plaguicidas en los ambientes.

En esta zona, los agroquímicos mayormente detectados en aguas superficiales han sido -según distintos autores-, atrazina con valores de hasta 12.43 ug/L, clorpirifos 2.5 ug/L, endosulfán 0.9 ul/L y glifosato y AMPA 700 ug/L (Peluso y col 2019). Además, otras investigaciones sobre la ocurrencia de pesticidas en tejidos de peces, registraron 17 agroquímicos [12 insecticidas (7 organofosforados y 5 piretroides), tres fungicidas y dos herbicidas]. Los peces contenían diversas moléculas de pesticidas simultáneamente: el 58 por ciento de los individuos contenían más de un pesticida y el 11 por ciento presentaba cuatro pesticidas o más. En el caso de los organofosforados, las concentraciones alcanzaron valores de 5673 ng/g para diclorvos, 908 ng/g para clorpirifos-metilo, 339 ng/g pirimifos- metilo y fenitrotion 2152 ng/g.

Como conclusión, analizando la información descripta, se puede inferir que si bien las “distancias” de las aplicaciones químicas agrícolas son de suma importancia para la protección de la poblaciones expuestas, los problemas o efectos ambientales son muchos más complejos. No obstante, sí se quieren revertir estos procesos de contaminación ambiental, la “agroecología” -producción de alimentos sin transgénicos resistentes a herbicidas y sin agrotóxicos- tendrá que ser el futuro de reconversión para el sistema agroalimentario nacional.

La revista científica completa se puede leer de manera digital a través de la siguiente página: http://uccsnal.org/wp-content/uploads/2020/04/CIENCIA-DIGNA-UCCSNAL.pdf

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