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Cría perros para proteger a las ovejas de los pumas y otros animales salvajes

En una apuesta de ganadería sustentable, Alexis Galimberti trabaja con razas especiales, con el objetivo de lograr una armonía con el mundo silvestre.

“Chalchalero” está inquieto. Olfatea el suelo, rodea al grupo de ovejas, se mete entre ellas. Por momentos se detiene y observa el monte: sus orejas paradas y las patas tensas marcan la presencia de un puma allá a lo lejos, escondido entre ejemplares de eucaliptus y acacias.

Muchos de los productores que se dedican a la actividad ovina son apasionados de estos animales, nobles y mansos, no sólo capaces de dar leche y carne, sino también lana. Sin embargo, saben su desventaja: la incapacidad de defenderse a sí mismos y a sus crías ante el peligro de un depredador, en comparación con otras especies de ganado, como el bovino.

Los perros de guarda son entrenados para familiarizarse con los ruidos de la zona y están en constante alerta. Foto: Alexis Galimberti.

Los perros de guarda son entrenados para familiarizarse con los ruidos de la zona y están en constante alerta. Foto: Alexis Galimberti.

A una hora de Capital Federal, en un establecimiento ubicado en Capilla del Señor, hace casi una década que Alexis Galimberti cría perros de guarda, además de ovejas. Su experiencia y conocimiento lo llevaron a entender que un animal cuidando de otro era la mejor solución ante un problema que trae grandes pérdidas para los productores.

“Soy de los que creen en los manejos sustentables: incorporar un protector a la majada no genera alteraciones en el ambiente”, afirmó en diálogo con TN.com.ar.

Pero, ¿cómo actúa un perro protector ante un posible peligro? “Por lo general, no son agresivos, a menos que sientan una amenaza. Tienden a ladrar, se colocan al frente del rebaño y atacan solamente en caso de sentir que ellos o las ovejas pueden sufrir algún peligro”, explicó.

A los depredadores hay que “marcarles el territorio”

Según los especialistas, los perros salvajes (y también los domésticos) son los responsables de la mayoría de las muertes de ovejas, además de felinos, cerdos salvajes, zorros, aves rapaces, entre otros.

“El puma fue migrando y se lo ha visto con mayor frecuencia en lugares menos habituales como en la provincia de Buenos Aires, incluso en campos de superficies menores a las 100 hectáreas. Es capaz de matar a 10 o 15 animales en cuestión de minutos”, indicó Alexis.

Cuenta la historia que los pastores antiguos y medievales protegían a su rebaño con su propia presencia y estructuras como vallas y establos. Luego, utilizaron armas de fuego, trampas y venenos, lo que causó disminuciones significativas en las poblaciones de predadores. Actualmente, con la aparición de los movimientos ecologistas, comenzaron a usar elementos de disuasión no letales, como luces y alarmas.

Impronte de un cachorro en el campo ubicado en Capilla del Señor. Foto: Alexis Galimberti.

Impronta de un cachorro en el campo ubicado en Capilla del Señor. Foto: Alexis Galimberti.

Los perros de guarda recorren el campo durante día y noche para marcar territorio: es su forma de “avisar” su presencia al cazador. Además, se familiarizan con ruidos de la zona y están en constante alerta. “Si un puma sabe que ese lugar está ocupado por un protector difícilmente se acerque, ya que no es de confrontar”, asegura Alexis.

Los primeros pasos en Chubut

El ingeniero agrónomo de 35 años recuerda sus días en Chubut, allá por 2013, en su campo de Puerto Madryn donde criaba ovejas, cuando por entonces decidió meterse de lleno en el mundo de los perros guardianes. “Teníamos un grave problema con los pumas: la producción se volvía inviable porque sufrimos grandes pérdidas”, destacó.

Aunque en la zona aún no eran muy utilizados, Alexis investigó sobre la eficacia de los perros de guarda. “Este método se utilizaba en muchas partes del mundo, en países como Uruguay, Chile, Italia, Estados Unidos, Canadá y Australia, pero no era tan conocido en la Argentina. Había pocas experiencias que comprobaran su eficacia”, recalcó.

Fue entonces cuando decidió viajar al sur de Chile para comprar ejemplares. “Volví a mi campo de Capilla del Señor con una hembra Montañés de Pirineos. Nos cambió por completo nuestra forma de producir porque dejamos de sufrir ataques de perros salvajes. Me asesoré y me formé con un especialista chileno y una australiana sobre cómo improntar cachorros. Después, para hacer las cruzas, adquirí un Pastor de Maremma, una raza originaria de Italia”, contó.

En 2014 comenzó a trabajar con las primeras camadas en su criadero La Zuly. “Improntar es ‘acostumbrarlos’ a las ovejas. El objetivo es ofrecer a los productores un perro que ya esté adaptado a convivir con ellas pero que no tienen demasiado contacto con los humanos porque su hábitat natural es estar en el medio del campo, con la majada. Algunos caminan mezclados entre ellas, otros prefieren ir adelante y hacer de guía”, explicó el ingeniero agrónomo.

Además, detalló que las razas más utilizadas en nuestro país son Pastor de Maremma, Gran Pirineo y Mastín del Pirineo. “Son guardianes, muy fieles y dóciles para trabajar. Además, respetan muchísimo a sus dueños”, agregó.

La magia de criar a un animal

La impronta comienza desde el nacimiento: cuando una perra entra en parición lo hace en contacto con el rebaño, para que los cachorros se vayan familiarizando desde sus primeros minutos de vida.

Segunda etapa del impronte de un cachorro, luego del destete. Foto: Alexis Galimberti.

Segunda etapa del impronte de un cachorro, luego del destete. Foto: Alexis Galimberti.

“Desde que nacen hasta el destete (alrededor de los 45-60 días) están al pie de la madre con la presencia de ovejas, pero sin tener contacto directo. Una vez destetados, se los coloca con dos o tres ovejas en boxes. Es importante ir rotando a los ovinos para evitar que el cachorro se asocie a alguno en particular y deje de lado a los otros”, explicó Alexis, quien actualmente tiene 10 perros en pleno impronte.

Con el tiempo, los criadores van aumentando la superficie de desarrollo y también la cantidad de ovejas. Según la raza, un perro puede estar listo para ser protector a los 5 o 6 meses y su valor puede rondar los $90.000.

El criador considera que los perros son una herramienta fundamental para la protección del ganado. Foto: Alexis Galimberti.

El criador considera que los perros son una herramienta fundamental para la protección del ganado. Foto: Alexis Galimberti.

“Les recomiendo a todos los ganaderos que se animen a incorporarlos. Aunque necesitan dedicación y tiempo para su adaptación cuando llegan a un nuevo establecimiento, es una herramienta que tiene múltiples beneficios. La actitud protectora de estos animales es realmente sorprendente. Hace 9 años que trabajo con ellos y no dejo de asombrarme”, concluyó.

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