"Reducir el Estado", "achicar el gasto público" y "erradicar el déficit fiscal" fueron frases que alcanzaron su pico de moda entre el 2015 y el 2019 en Argentina. El discurso pensado por el gobierno y muy bien difundido por la industria de la comunicación -que esta vez operó sin piedad-, no desperdició nada. La mayoría de los medios y comunicadores fueron funcionales en mentirles a los argentinos.
Recortar presupuesto al Conicet, quitarle recursos al Malbrán, abandonar la investigación científica, y preguntarse para qué servían tantas universidades en el país era vendido como decisiones válidas, en todo caso dolorosas para el más sensible pero finalmente válidas. En nombre de achicar o eliminar el déficit fiscal todo valía en este país. Con el verso de "ajustar ahora para vivir mejor mañana" caminaron cuatro años y los brotes no eran verdes, y ni siquiera eran brotes.
En sólo cuatro meses cambió el panorama en Argentina y el mundo, aquellos despreciadores del estado ya no están y casi ni se los escucha aunque todavía quedan sus circunstanciales voceros, la mano de obra desocupada que se va despegando con cierta facilidad y constituye aquel periodismo vergonzante.
Lo que parecía una teoría económica y por lo tanto política, pasó a ser un monumento a la ignorancia. El COVID19 mató y seguirá matando a miles de personas por día en el mundo, pero acá serán aquellas instituciones costosas, viejas, pasadas de personal y burocráticas (dirían ellos) las que salvarán a los argentinos o al menos mitigarán la cantidad de muertes.
Ni los mercados, ni la inserción el mundo, ni la falta de vacunas, ni el recurrir al FMI, ni cerrar escuelas, ni tener tomógrafos rotor por meses, son decisiones lógicas en este momento como tampoco lo fueron en aquel y como no lo serán nunca. El estado debe estar, aún para los que no creen en él.
El intendente de Pergamino definió en un medio local como "inconcebible la lentitud del test que confirma la presencia del coronavirus", entendemos que refiriéndose al niño pergaminense de once años internado en Hospital San José hace 6 días, cuyas muestras se esperan dentro del tiempo lógico que requiere la situación (7,8 días) y se encuentran en el Instituto Malbrán. Precisamente el Malbran sufrió el 50 % de recorte en su presupuesto en la gestión anterior. También se redujo el 10% de su personal y los que quedaron sufrieron el 65% de recorte salarial durante el periodo 2015-2019. Podemos entender, aunque con dificultad, que el intendente Martinez comparta esa visión propia de los despreciadores del Estado, pero no que le parezca lento el trabajo de la institución que intentaron fundir.
La solución a esta pandemia la aportará la ciencia con sus tiempos propios y particulares, serán los organismos encargados de generar conocimiento quienes aporten las soluciones y para que ellos funcionen hay que invertir, aún siendo un despreciador del Estado porque reduciéndolo a él también se reduce la vida.
Periodista. Conductor del programa "Pan y Circo" por RADIO MÁS (FM 106.7)
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