Fiscalía reconstruyó las horas previas al episodio violento que terminó con la vida de Balladares y confirmó que habían estado en la casa de un amigo y en el baile del club Independencia, donde discutieron y se pelearon, al punto de que el personal de seguridad hizo uso del derecho de admisión y permanencia y retiró del lugar a Lineros.
Luego, el joven fue a buscar a Balladares hasta la casa de un familiar y le ofreció pelea. Se trenzaron en lucha, hasta que Lineros extrajo de entre su ropa un arma blanca y le asestó dos puñaladas, una de las cuales, en el hemitórax izquierdo, resultó fatal.
Balladares se desangraba y fue trasladado al Hospital, donde murió mientras los médicos del Servicio de Emergencia hacían todos los esfuerzos posibles para evitar el desenlace y salvarle la vida, sin éxito.
La policía había sido convocada el domingo, alrededor de las 6.30 de la mañana, a través de un llamado al 911 y cuando llegó a la zona de Las Provincias al 2100, entre Bozzano y Brenan, donde residía Balladares, el herido de muerte ya había sido trasladado.
En el lugar había sangre y estaba el arma homicida. Testigos sindicaron a Walter Lineros como el autor del crimen y la policía lo detuvo cuando estaba por ingresar a su casa, en Sargento Selada al 1800.
Trasladado a la Comisaría, Lineros estaba en una celda a la espera de que lo trasladaran a Fiscalía para prestar declaración indagatoria, pero la Defensoría Oficial que lo asiste, a cargo de Pablo Vacani, pidió postergrala y finalmente tuvo lugar recién este lunes.
Lineros y Balladares se conocían. Eran amigos. Jugaron juntos en el plantel de primera división de fútbol del club Banfield, del que eran hinchas y con el que salieron campeones en 2017. Solían salir juntos, pero ya habían tenido alguna vez algunas diferencias que los enfrentó.
Walter Lineros es hijo de Pedro Lineros, quien cumple condena por homicidio en la Unidad Penal 3 de San Nicolás luego de que, semanas atrás, le revocaran el beneficio de prisión domiciliaria del que gozaba desde que asesinó a puñaladas a Gastón "Chizito" Cabrera. A esa cárcel fue trasladado el acusado.
El imputado por el crimen de Toni Balladares intentó justificar su accionar alegando que actuó "en legítima defensa", pero para Fiscalía no corresponde la figura, porque fue armado a buscar a su contrincante para pelear, con claras intenciones de matar.
La "legítima defensa" se considera tal cuando ante una agresión real actual o inminente el atacado reacciona para, precisamente, defenderse. Para que esa reacción no se considere un exceso, deben darse ciertas condiciones
El Código Penal Argentino considera que hay "legítima defensa" cuando existe una "agresión ilégitima", se emplean "medios racionales necesarios" para repelerla y ocurre una "falta de provocación suficiente por parte del que se defiende".
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