Cuando se divisa a un perro peligroso hay que denunciar al 147. Con ese procedimiento se habilita a que un inspector corrobore la denuncia y así pueda determinar si hay una persona responsable o si el animal está en la calle. Si tiene dueño, se le exige que lo mantenga dentro de su casa.
Si el animal muerde a una persona, el procedimiento cambia. Al dirigirse la víctima al Hospital Interzonal General de Agudos “San José” o al Centro de Atención Primaria de la salud (CAPs), el médico trata al paciente y genera luego una planilla que se remite al Centro de Zoonosis para que personal del área ubique al animal mordedor y lo someta a una observación antirrábica durante 10 días. Esta se puede realizar sin costos en los caniles municipales o a través de un médico veterinario en la faz privada.
Esa es la lógica que se plantea desde el Municipio para abordar una problemática que desde hace años no tiene una solución definitiva en la ciudad. Y justamente todo eso se dio en el caso que ayer conmovió a buena parte de la ciudadanía y que lejos de finalizar tendrá nuevos capítulos ya que Lucía Vanesa Szydlowski confirmó que realizó la denuncia correspondiente en Fiscalía, tal como lo había anticipado a PRIMERA PLANA.
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“La planilla es una bisagra entre la atención del paciente y lo que nos corresponde a nosotros”, aseveró Fernanda Lauzzo, directora del Centro de Zoonosis de la Municipalidad en Kairós de RADIO MÁS (106.7).
“Nosotros -prosiguió Lauzzo- nos comunicamos con la persona mordida, nos brindaron la ‘info’ y lo localizamos. El perro ahora está siendo observado en los caniles municipales hasta el 10 de septiembre. Si manifestara síntomas de rabia se mandan muestras a La Plata y ahí se inicia el tratamiento sobre la persona”. Pero en caso de normalidad el procedimiento continuará con la castración -si el dueño lo permite-; vacunación contra la rabia y finalmente se realiza la colocación de un microchip mediante el cual el Centro de Zoonosis puede contar con seguimiento informático para verificar el cumplimiento de las pautas que se le imponen al dueño del animal y que básicamente constan de hacerse responsable, garantizar que no esté en la calle y por ende, que no ponga en riesgo la salud de otra persona.
Lo que pudo averiguar PRIMERA PLANA es que el perro en cuestión fue sindicado varias veces por los vecinos como peligroso, pero esas denuncias no tienen registro formal en el sistema antes descripto. Es decir que no denunciaron al 147 ó si lo hicieron no se siguió el proceso planteado.
“Para nosotros el animal no tenían denuncias, ni tampoco contamos con algún registro de mordedura”, dijo Fernanda Lauzzo quien además admitió que en la periferia el control animal se torna casi imposible al decir que “en general las casas no tienen cerramientos adecuados y nos ha pasado que en cada domicilio tienen varios animales, es una situación difícil de manejar porque muchas veces no quieren tener perros dentro de la casa”.
Además, la médica veterinaria aclaró que la recordada “perrera” que era el vehículo que levantaba a los perros que estaban sueltos en la calle es impensada en estos tiempos ya que Pergamino es un Municipio no eutanásico declarado así por ley.
La posesión de animales potencialmente peligrosos debe adecuarse a la normativa vigente. En ese sentido, es obligatorio que esté dentro de una propiedad, con collar, correa y bozal si es agresivo y además deberían poseer microchips.
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