El tortugo Jorge es un animal que vive en un recinto de siete metros de diámetro y un metro y medio de profundidad hace 40 años en un exacuario de Mendoza. Será trasladado a un centro de rehabilitación de Mar del Plata donde, tras cumplir una etapa de adaptación en una pecera de 120 mil litros, lo colocarán en una laguna natural de dos hectáreas situada en el mismo predio. Existe la posibilidad de que, en un futuro, sea introducido a su ambiente natural.
El animal es de la especie Caretta-Caretta, pesa 99 kilos y, según se pudo establecer a través de diferentes pruebas, tiene entre 65 y 72 años. El traslado al Centro de Rehabilitación de Fauna Marina (CRFMA) del Aquarium de Mar del Plata se hará una vez finalizado el invierno y se estima que el viaje no durará más de tres horas.
A su vez, indicó que la ciudad no se desentiende de la situación sino que mantiene la tutela legal sobre el tortugo y serán responsables de seguir el proceso de rehabilitación hasta que se termine.
La primera instancia será alojarlo en una pecera de 120 mil litros en la que estará solo, es decir, sin ningún ejemplar, de manera que le sea posible adaptarse a los cambios de manera paulatina, indicó el medio local Mdzsol.
Cuando cumpla el plazo de adaptación a la pecera del centro, lo trasladarán a una laguna natural de dos hectáreas ubicada en el mismo predio, donde evaluarán cómo se desenvuelve y analizarán si es seguro que el espacio sea compartido por otras especies de agua dulce.
“Es un proceso muy serio porque tienen que entrenar su musculatura, aprender a vivir con otros animales y aprender a comer por sí solo. Tenemos que estar muy atentos a cómo responde”, precisó Fermani.
En diálogo con GO Noticias, agregó que "se estima que el proceso de rehabilitación puede durar tres años. En caso de que su respuesta sea favorable, existe la posibilidad de que sea introducido a su ambiente natural".
En caso de que no pueda ser reintroducido, aseguró que "su posibilidad es que pueda quedarse en la bahía cerrada de dos hectáreas colindante al oceano".
El tortugo fue rescatado por pescadores a principios de 1984, en una playa cercana a Bahía Blanca, en Buenos Aires. Se encontraba herido y entumecido por el frío, detallaron en el sitio web de la ciudad.
El Instituto Oceanográfico Argentino, con sede en esa ciudad, lo identificó como de la especie Caretta-Caretta, una tortuga tropical común de mares cálidos pero inusual en el Mar Argentino.
En ese momento, no se consideró devolverla al mar, dado que la devolución de animales tropicales poiquilotermos (de sangre fría) a medios muy fríos no se aconseja para la especie. Esto es debido a que un descenso en el metabolismo los lleva a la muerte por causas fisiológicas y/o mecánicas, por ejemplo, asfixia.
El exacuario Municipal de Mendoza era el único capaz de recibirlo, por lo que el tortugo fue despachado vía aérea a la ciudad de Mendoza dentro una caja de madera construida especialmente para el animal. Fue recibido el 4 de marzo de 1984 pesando en ese momento 40 kilos. Con el tiempo se lo llamó Jorge.
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