El miércoles 21 de agosto, Juan Iglesias hubiera cumplido 41 años. El piloto pergaminense de nacimiento, charatense por adopción perdió la vida, tras incendiarse su auto en la primera fecha del APAC en el Yaco Guarnieri de Resistencia. Recordado siempre por su bajo perfil, su amor al automovilismo, y su solidaridad.
“Juan siempre estaba para los amigos”, reconoce una de sus amigas, “siempre no tenías que pedirle, él estaba, fue un modelo de persona para mi hijo”. Era el tío que acompañaba a sus sobrinos Joaquín (quien también heredó la pasión por los fierros y es piloto), Delfina, Joséfina, Conrado, Bernardita y Victoria. También para colaborar sin decirlo con la comunidad, metido en el campo y en su auto.
Recibió diferentes homenajes, incluso en Formosa, donde concurrió su familia, que también hizo una donación importante al Hospital de Charata, con el dinero recaudado por las “flores de vida” (en lugar de mandar coronas, se recauda dinero para un fin benéfico).
La vida de Juan Iglesias y de su familia, iba a cambiar el 6 de abril, cuando en la prueba del sábado previo a la primera fecha del Zonal unificado, en el Yaco Guarnieri su monoplaza se prendió fuego, por una fuga, y no pudo salir, ni ser rescatado a tiempo; y los más de cinco minutos que pasó en el auto le produjeron lesiones de las que no se pudo recuperar.
“Ni siquiera pudimos donar sus órganos, que es algo que Juan hubiera hecho”, dijo su madre Susana, también una persona conocida por su compromiso con la comunidad que adoptó hace muchos años.
Días atrás, la Federación Chaqueña de Automovilismo dejó firma la sanción a la APAC y a sus dirigentes. Tras la apelación realizada, el Tribunal de Disciplina de la Federación ratificó la suspensión por diez años para todos los integrantes de la Comisión Directiva, y confirmó la sanción económica de 4,5 millones de pesos.
La primera vez que se conoció la sanción, su hermano Manuel dijo “toda la plata del mundo no me va a devolver a mi hermano. Compraremos una ambulancia o lo que se necesite con ese dinero, si llega. No me interesa, me interesa que esto no vuelva a pasarle a alguien más”.
El hecho que movilizó a los pilotos de todo el país, desnudó muchas situaciones que terminaron formando parte de una cadena fatídica. Iglesias fue rescatado por su hermano Manuel y el piloto Juan Polini, pero no pudo ser trasladado en una ambulancia reglamentaria, y situaciones como cortar la corriente (que era la medida más rápida y necesaria) no se hizo a tiempo (de hecho lo hizo Manuel al llegar al lugar).
Juan Iglesias hubiera cumplido 41 años, su muerte generó un cambio profundo en el automovilismo provincial, en un ida y vuelta de responsabilidades, pero principalmente en su familia y amigos.
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