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La historia de Lucio, el bombero voluntario cordobés que después de luchar contra los incendios se sentó a dar un examen en un banco de la plaza del pueblo

Lucio Malatini aprovechó una tregua y el wifi gratuito de una plaza para rendir un examen en 25 minutos. Historias de heroísmo y superación en medio del azote de las llamas.

Lucio Malatini es un joven de General Deheza de 24 años que estudia Agronomía en la Universidad Nacional de Córdoba. Además, se desempeña como bombero voluntario desde los 12. El pasado viernes recibió un llamado de urgencia: debía acudir a Caminiaga y colaborar con las tareas de los brigadistas que trabajaban para sofocar las llamas que asolaron esa zona del norte provincial.

Tras una dura jornada, el joven recordó que ese mismo día debía rendir un examen de la universidad. “Nosotros fuimos convocados para asistir en los incendios en la zona de Caminiaga. Yo sabía que ese día tenía que rendir y pensé que en una loma o sierra iba a tener señal. Pero me encuentro con que ni en el pueblo había internet”, relató Lucio al diario El Puntal.

El examen estaba previsto para las 19. Tenía exactamente 25 minutos para resolverlo. “Estuvimos desde la mañana del viernes muy temprano luchando contra el fuego y tipo 6 de la tarde bajamos a Caminiaga. Yo con mi teléfono y un compañero tratábamos de dar con alguna señal, pero nada”, continuó Lucio con su relato.

Sin embargo, el joven no se resignó y decidió pedirle internet a los vecinos de la localidad. Un poblador le dijo que no había internet “en ningún lugar”, pero luego “se acordó de que había una placita con wifi gratis. Y el hombre nos llevó hasta allá. Mi teléfono ya no tenía batería, así que tuve que recurrir al teléfono de mi compañero”.

El bombero dehecino logró ingresar al sistema diez minutos después de la hora fijada. El test era de opciones múltiples. “Logré engancharme y, bueno, rendí bien”, comentó el joven, feliz.

Lucio está cursando el cuarto año de la carrera y dijo que los profesores no estaban enterados de su tarea como bombero. “Yo curso Agronomía en Córdoba, pero me vine a Deheza porque con esto de los incendios pensaba que podían convocarnos”, señaló.

Respecto a su trabajo como voluntario, expresó: “Nunca se me había cruzado ser bombero. Fue en primer año del secundario que estábamos con un amigo, que él sí quería ser voluntario, y no sé qué ‘moco’ nos mandamos y la profe nos dijo que por qué no íbamos a colaborar a Bomberos. Y fuimos y nos inscribimos”.

Un compañero de Lucio le tomó una fotografía mientras realizaba el examen y se volvió viral. Muchos de sus pares expresaron orgullo al ver a Lucio, sentado en el banco de una plaza y vestido de bombero, cumpliendo con sus responsabilidades asumidas.

No es la primera vez que los jóvenes cordobeses son un ejemplo: el año pasado, la bombera Agustina Pavón utilizó internet satelital para rendir un parcial durante los incendios en La Cumbre. Una vez aprobado, siguió trabajando en abastecer a los aviones hidrantes.

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