La historia de Miguel Angel Córdoba se parece más a una pesadilla interminable que a la realidad. El martes fue noticia porque le robaron una moto Honda XR 150 centímetros cúbicos, modelo Rally, roja y negra. Había pasado a visitar a su hija, en Batalla de Bailén al 400, dejó la moto en la puerta con la llave puesta porque iba a entrar y salir y cuando atravesó la puerta y giró, el rodado ya no estaba más.
Desesperado comenzó a recorrer la zona, vio gente sospechosa, le dieron algún dato difícil de comprobar, pasó por una estación de servicio cercana y consiguió un video en el que se ve difusamente una moto circulando, que era supuestamente la suya. Fue a la comisaría Segunda, radicó la denuncia y desde aquel momento espera tener algo de suerte.
Miguel Angel, empleado municipal que se desempeña en la Planta de Tratamiento de Residuos, usaba la moto para ir y volver de su lugar de trabajo “y también para pasear con mi nieto los domingos; ahora no voy a poder ni siquiera darle ese gustito”, dijo Kairós de RADIO MÁS (106.7).
Al no tener respuestas satisfactorias de parte de la Justicia y ni de la Policía, Córdoba y toda su familia tomaron una decisión difícil: salir a buscarla por sus propios medios. Y en eso estaba el viernes por la tarde, cuando alguien que sabía de su desesperada búsqueda y de su ofrecimiento de recompensa, le pasó un dato sobre dónde podía estar su Honda XR.
“Andaba mi hija por ‘Las 80 Viviendas’, había un tipo que le dijo que tenía la moto y le pidió las 20 lucas. Fuí a acompañarla y el pibe le dio todas las características de mi moto, pero yo le dije que la plata se la daba cuando viera la moto. Él dijo que no era así y se puso insistente hasta que nos convenció, le dimos la plata, se metió para el barrio, lo vimos entrar en una casa prefabricada y desapareció, nos durmió la plata”, contó a PRIMERA PLANA, entre sollozos mientras hacía la denuncia en la Comisaría Primera, donde ahora consta que el viernes, a las 19:30 aproximadamente, en las cercanías de Avenida Rodríguez Jáuregui y Los Ceibos, pasó todo.
No es la primera vez que Miguel Angel Córdoba pasa por esta desagradable situación. En 2010, a una de sus hijas, le robaron una moto en la puerta de su trabajo. En 2017, a Pablo, otro de sus hijos, también le sustrajeron, pero en una situación tanto más compleja. “Estaba comiendo un asado, discutió con otra persona y lo apuñalaron, lo que le ocasionó la pérdida de un riñón. Cuando salimos afuera le habían robado la Tornado 250, que no tenía ni 6 meses de comprada. A esa moto la buscamos por todos lados, nos dijeron que estaba en el 12 de Octubre, pagamos un rescate y sólo nos dieron el cuadro. Lo tengo en mi casa colgado como un triste recuerdo de lo que nos pasó. Y ahora me pasa esto a mí, es como que ya no quiero vivir más en esta ciudad. No quiero hacer un desastre, pero no sé qué hacer…encima ahora me robaron también la plata”, dijo Córdoba.
Este no es un hecho aislado ya que se estima que Pergamino promedia 2 denuncias robos de motos cada 24 horas y sobre esa modalidad delictiva muy poco se habla, aunque los hechos de los que Miguel Angel Córdoba es víctima por partida doble cobran otra relevancia por la sucesión de infortunios.
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