J. L. S., jubilado de 74 años, que, tras pedir atención médica y recorrer varios centros de salud durante cuatro meses, murió como consecuencia de una trombosis aguda de la aorta en San Pedro, provincia de Buenos Aires.
Según trascendió, la familia de S. tuvo que pasar por situaciones escalofriantes: luego de que le amputaran las piernas en la clínica San Nicolás, adonde había sido trasladado de urgencia, desde la administración se contactaron con una de las hijas para pedirle que fuera a retirar las extremidades de su padre porque no contaban con el servicio de deposición de residuos patogénicos.
La macabra situación ocurrió el 28 de marzo, dos semanas después de que el hombre fuera sometido a la cirugía y dado de alta.
"Me llaman desde la administración de la clínica y me dicen que debía que ir a buscar las piernas porque ellos no tenían cómo desecharlas y pretendían que me hiciera cargo", reveló Liliana, una de las hijas de J. L.
Al informarles que no tenía forma de ir, ya que S. estaba nuevamente internado y no lo podía dejar solo, el empleado de la clínica sugirió que contratara un servicio de sepelio.
"Me dijo que ellos se encargarían de cremar las piernas y guardarlas en una urna. 'Así, el día que tu papá muera se pone todo junto en el cajón", recordó la mujer.
J. L. S. comenzó a visitar los distintos centros médicos cuando a fin del año pasado se quedó sin profesional de cabecera y tuvo que esperar hasta enero de 2023 para que el PAMI le asignara uno nuevo.
La primera consulta fue el 24 de enero y debido a la falta de turnos o porque muchos especialistas estaban en ese momento de vacaciones le decían que recién podían hacerle los estudios que el médico había solicitado a fines de febrero.
Finalmente, los primeros días de marzo, PAMI le consiguió un lugar en la terapia intensiva de la Clínica San Nicolás. Ahí le diagnosticaron que, al menos, debían amputarle una pierna.
Una vez conseguidos los dadores de sangre para concretar la operación, los hijos de Silva se encontraron con un nuevo impedimento: les exigieron $200 mil para pagar los honorarios del anestesista.
Frente a esta situación, se presentaron en las delegaciones que el PAMI tiene en San Nicolás y de San Pedro para consultar por el pago extra y en ambos lugares explicaron que el centro de salud no debía cobrarles nada y sugirieron que elevaran una queja formal.
En los próximos días, la familia se presentará ante la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio Nº5 de San Pedro y llevará las historias clínicas como pruebas.
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