El sábado 19 de diciembre pasado, el personal de Defensa Civil y del Club Náutico, mientras realizaban tareas de limpieza en el cauce del Arroyo Pergamino, detectaron una fisura en uno de los pilares del puente Colón-Illia.
Dieron aviso rápidamente a la Municipalidad y desde esa fecha permanece cerrado tanto al tránsito vehicular como a los peatones. Por motivos de seguridad, se colocaron vallas para impedir el paso: “El derrumbe no lo va a ocasionar el peatón, pero sí el peatón puede estar arriba en ese momento”, anunció un par de días después, el lunes 21 específicamente, el secretario de Desarrollo Urbano, José Salauatti, luego de la revisión de dos ingenieros civiles independientes y personal del área de Infraestructura.
Fue en esa conferencia de prensa que al ser consultado sobre cuánto tiempo demandaría el arreglo del puente, el funcionario contestó: “De 30 a 45 días”. Cumplido ese plazo, la situación empeoró en las zonas aledañas debido al corte en la circulación de vehículos y, de la refacción pasamos a “hace falta un puente nuevo”, según admitieron desde la Secretaría de Desarrollo Urbano, conocida históricamente como Obras Públicas.
Diciembre 2020
“Se descalzó una de las bases que sustenta el puente debido a la corriente del arroyo y ese corrimiento fisuró la columna, afectando a un 65 por ciento de la superficie de la columna de soporte”, fue el diagnóstico que ese lunes 21 de diciembre brindó a los medios el secretario, José Salauatti, que permanece en el cargo durante la gestión de los últimos tres intendentes de Pergamino -Héctor “Cachi” Gutiérrez, Omar Pacini y Javier Martínez-. “Es una fisura reciente”, aclaró.
Las primeras tareas consistían, según el análisis de los ingenieros y del personal de infraestructura, en hacer un dique de tierra para que el agua fluya alrededor, apuntalar el puente para proteger la parte superior y luego derrumbar la base deteriorada junto a la columna de soporte y construir otra estructura de hormigón armado. Este complejo trabajo buscaba que la base no pueda ser erosionada por el paso del agua. Según los cálculos de la Municipalidad, el puente que une las avenidas Colón-Illía data de hace más de 90 años y estaba hecho de mampostería común de ladrillos que no tiene nada de hierro.
“¿No le parece poco 45 días para realizar esta tarea?”, le consultaron a Salautti al respecto. Y respondió: “Son los tiempos de contratación con la empresa”. Sin embargo, pasaron las fiestas navideñas y de Año Nuevo. También se fue enero y mañana termina la primera semana de febrero.
Enero 2021
Ya en el Año Nuevo, el día 9, el Secretario confirmó en una entrevista radial que las empresas con las que entablaron negociaciones al principio del problema habían abandonado el arreglo. Una, porque no podía encargarse de la obra en ese momento y otra porque no se acordó un presupuesto. “No hay una solo visión de cómo reparar esto”, explicó.
El Municipio se contactó con una empresa de San Nicolás, vinieron ingenieros de Tigre para analizar el lugar de la fisura y se iniciaron charlas con personas de la Universidad.
Además, se habló con el Batallón de Ingenieros 601 del Ejército para colocar un puente provisorio de 40 centímetros encima de la estructura dañada para reestablecer el tránsito. Ese puente soportaría un peso de 20 toneladas y tendría una sola mano.
Salautti confirmó en ese momento que el Ejército instalaría el puente y lo comenzaría hacer la semana siguiente, es decir, a mediados de enero. “Tardarían entre 48 y 72 horas solamente en instalarlo”, aseguró. Pero tampoco eso sucedió debido a que en los trámites administrativos que se fueron realizando, el Ejército determinó que a raíz de la existencia de vías alternativas al puente Colón-Illia, en referencia a los otros cruces del Arroyo Pergamino, esta tarea no era ni “urgencia” ni de “alta prioridad”.
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Para quienes sí es de urgencia y de alta prioridad es para los vecinos y los comerciantes de la zona. Hacia fines de enero, con el correr de los días, el paso cerrado de Colón-Illia dejó en evidencia el deplorable estado de las Avenida Barrancas del Paraná y de las calles Bombero Esquivel y Lavalle.
Los ciudadanos en sus vehículos comenzaron desde el cierre del viaducto a tener que realizar desvíos de al menos 15 cuadras para poder llegar a un lugar distante a solo 600 metros. “Ando en auto toda la noche y es increíble lo que se ve. Repartidores y motos pertenecientes a servicios de delivery sin luces, sin casco, circulando a contramano, cruzando con el semáforo en rojo y atravesando esquinas a toda velocidad”, le comentó un vecino a PRIMERA PLANA por lo que sucedía en la zona en aquel momento.
La odisea de los comerciantes
Héctor Luis, que junto con su esposa tienen un kiosco en Avenida Illia, entre calle Emilio R. Coni y el Arroyo, también habló con PRIMERA PLANA y planteó: “Venimos soportando mentiras tras mentiras. Primero del Secretario de Obras Públicas cuando dijo que en 45 días estaría solucionado. Luego, con la colocación del puente provisorio del Ejército que nunca aparece, y cada vez que llamamos a la Municipalidad nos mienten”. Además, explicó que “somos 20 comercios en la primer cuadra nada más. Pero toda la Avenida Illia está afectada. Nos estamos fundiendo, literal. No tenemos rebaja de la luz y no tenemos rebaja de impuestos. No tenemos seguridad, no pasa más la policía. A las 7 de la tarde ya tenemos que colocar rejas. Hay accidentes y no llega la ambulancia. Estamos a la buena de Dios”.
Febrero 2021
Aún sin novedad en el frente respecto a la colocación, al menos, del puente provisorio que permitiría la circulación por una mano, llegó el segundo mes del año y quien traslado la preocupación y demanda de los vecinos y comerciantes en la primera sesión extraordinaria del Concejo Deliberante fueron los ediles Walter Baccarini y Leticia Conti.
En la sesión del último martes, el cierre del puente fue uno de los temas más importantes. Allí, desde la bancada oficialista, el concejal oficialista, Diego Basanta presentó un informe sobre el estado del puente en el que confirmó el anticipo de PRIMERA PLANA: “En unos meses se va a construir un puente nuevo debajo de ese transitorio. Va a ser una estructura metálica y de hormigón”.
La oposición, lejos de quedar satisfecha contestó por medio de Leticia Conti: “Es una burla para los vecinos de la ciudad la construcción de un puente en el Parque Belgrano en lugar de arreglar con celeridad este en avenida Colón-Illia que es tan importante para los comerciantes. Martínez se dedica a hacer puentes donde no se necesitan puentes”.
Por su parte, Baccarini, referente de Evolución Radical, presentó un proyecto que tenía como objetivo: “Señalizar de manera inmediata y visible tanto de día como de noche desde 3 cuadras antes de llegar al puente Colon Illia; Disponer de inspectores municipales principalmente en el horario comercial en la zona afectada por la imposibilidad de transitar por el puente; Eximir a los comerciantes afectados por el corte del puente (3 cuadras desde el puente hacia Av. Illia y 3 cuadras desde el puente hacia Boulevard Colon) de tasas e impuestos municipales desde el 1º/1/2021 hasta que se reanude la circulación normal por dicha arteria”. También, presentó la iniciativa sobre una ordenanza para que se modifique “el sentido de circulación de calle Laguía entre Av. Juan B Justo y Av. Illia, pasando a ser esta de doble sentido de circulación”. Ambos fueron rechazados por el bloque que responde al intendente Javier Martínez y su tratamiento pasó a la comisión de Tránsito y Transporte. No se solucionó nada.
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Desde Desarrollo Urbano de la Municipalidad, en consonancia con el informe de Basanta, también trascendió: “Hace falta un puente nuevo”. Y no se dio mayor precisión.
En todo este panorama, los más afectados continúan siendo los vecinos y comerciantes, como Héctor Luis que ayer exclamó: “El intendente no da respuestas, de ningún tipo: ni de seguridad, ni de ambulancias, de nada. Los invitó a venir a las 9 de la noche a la zona, cuando es tierra de nadie”.
A los 45 días del anuncio del arquitecto José Salautti, uno de los tantos ciudadanos afectados por el cierre del puente sobre el Arroyo Pergamino concluyó: “Lo único que pido es poder trabajar”. Pasaron los 30 días. Y también pasaron los 45. Pero los que todavía no pueden pasar son los pergaminenses por el puente.
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