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Oso, león, delfín y lobo: los nuevos patrones del sueño y la energía

La ciencia sumó más “tribus” a la tradicional división entre alondras y búhos, referida a las personas con mayor actividad diurna o nocturna. Claves para aprovechar mejor las horas.

La metafórica división entre “alondras” y “búhos” que usaban los expertos para distinguir a las personas que tienen su punto álgido de actividad durante el día de las que son más activas en la noche ahora se actualizó. Por nuevos estudios, se suman a la categorización de los patrones del sueño y la energía cuatro figuras de animales: oso, león, delfín y lobo.

Michael Breus, psicólogo especializado en el sueño y miembro de la Academia Americana de Medicina del Sueño, considera que la clave de descansar bien está en conocer qué tipo de patrón tiene cada persona para adaptarse mejor a él. Sería una forma de aprovechar las horas del día y obtener otros beneficios, como mejorar el humor, ser más creativos o solucionar mejor los problemas.

“Nuestro organismo es un conjunto de ritmos relacionados con la presión arterial, la respiración, la menstruación en las mujeres, etcétera. Hay que imaginar nuestro cuerpo como si fuera una orquesta en la que cada ritmo toca un instrumento; todos deben estar coordinados para que exista una armonía y, por eso, hay que aprender a adaptarse y respetar la partitura personal”, ejemplifica Francisco Segarra, experto en medicina del sueño.

Estas son las características que definen a los “osos", los “leones”, los “delfines” y los “lobos”:

  • Los osos representan más de la mitad de la población. Siguen el ciclo solar: se activan con el sol y se desganan por la noche. “Es el patrón más usual, el que debiera dormir desde las once o las doce de la noche hasta las siete o las ocho de la mañana”, afirma el doctor Álex Ferré, especialista en trastornos del sueño. El médico sugiere aprovechar las horas de mayor actividad neuronal para encarar las tareas más cruciales; de 10 a 12 del mediodía deberá ser el punto clave de la jornada.
  • Los leones son madrugadores natos. El rey de la selva aprovecha el momento en el que sus presas todavía están dormidas para salir al acecho y buscar su desayuno. Su patrón se relaciona con el de esas personas que, apenas abren los ojos, reciben un torrente de energía que los prepara para afrontar cualquier actividad con alto poder resolutivo. “Trabajan furiosamente por la mañana, se van después del mediodía y están en la cama justo cuando los lobos están saliendo a jugar”, describe la experta en sueño australiana Olivia Arezzolo.
  • Los delfines duermen con la mitad del cerebro despierto para mantenerse atentos ante posibles peligros. Para Breus, las personas que entran en esta categoría son aquellas con un sueño muy ligero, que se despiertan al mínimo ruido e incluso pueden tener problemas de insomnio. Arezzolo dice que representan el 10 por ciento de la población.
  • Los lobos son de los que apagan el despertador una y otra vez. Representan un cronotipo vespertino, les cuesta llevar un horario de oficina tradicional, ya que experimentan el pico de actividad entre las 16 y las 18 horas. Entre las 21 y las 23 presentan su mejor estado anímico.

 

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