Francisco Lurueña es el presidente de Rayvis S.A. Una pyme familiar con casi 40 años de inmaculada trayectoria en el mercado textil, ubicada en el Parque Industrial Plátanos del Partido bonaerense de Berazategui. La fábrica ya venía golpeada desde 2015 por las políticas económicas de Mauricio Macri pero ahora con la pandemia de coronavirus Covid-19, quedó al borde del cierre. El titular de la firma contó a este medio que no puede acceder a los creditos anunciados por el Gobierno de Alberto Fernández por "no estar lo suficientemente calificado" y hay 18 familias que están a punto de quedar en la calle.
"Esta es una empresa textil fundada en 1981 por mi padre y yo la manejo hace 20 años. Los últimos años ya de por si fueron muy complicados por la falta de actividad en la industria textil, el aumento de los costos financieros y la suba de tarifas. Pero ahora con la pandemia la situación se agravó muchísimo más", explicó a LaNoticia1.com Lurueña. "Tenemos la fábrica parada desde el 19 de marzo y eso ya es insostenible. Comenzamos a tener cheques rechazados y le adeudamos cerca del 50 por ciento del salario de marzo a nuestro personal", explicó el titular de la industria textil, especializada en la producción de hilados de rayón viscoso.
"En las últimas semanas recurrimos a los bancos pero nos respondieron que no estamos suficientemente calificados para obtener los préstamos a tasa del 24% que fueron anunciados, nos negaron cualquier tipo de asistencia financiera", reveló Lurueña, quien aseguró que hasta ahora no pudo conseguir ningún tipo de financiamiento "ni a tasa 0%, ni a tasa del 24%". "Ni siquiera me dan crédito poniendo en garantía las propiedades de la empresa que valen muchísimo más de lo que pedimos. Ya hemos solicitado el subsidio del medio sueldo mínimo y la excepción para empezar a trabajar pero hasta ahora no tuvimos respuestas", lamentó.
"Comprendemos la gravedad de la pandemia y aceptamos la necesidad del aislamiento pero también necesitamos seguir viviendo y mantener las fuentes de trabajo. Nos encontramos en un cuello de botella, en una situación que no tiene salida. En 40 días nuestra situación económica se desplomó: Nos estamos endeudando con el personal, con los proveedores, con los impuestos y servicios que no hemos pagado, y además tenemos la fábrica paralizada", describió Lurueña. "Lamentablemente los bancos han demostrado que no están a la altura de las circunstancias y necesitamos medidas para salvar a las pymes", concluyó apesadumbrado
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