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Recta final: Mañana se presentan los alegatos del juicio por abusos

La agitada semana de audiencias finalizó por fuera de los plazos previstos por el Tribunal Oral y Criminal número 2, en la causa que juzga por abuso sexual simple agravado e imputa a Matiussi, Ojeda y Rubíes.

Finalizó, pasado el mediodía de ayer, la intensa semana que dedicó el Tribunal Oral y Criminal número 2 a la presentación de pruebas y testimonios en la causa que busca dilucidar hechos que habrían ocurrido en el Jardín Belén. Desarrolladas en San Nicolás, las audiencias tuvieron un importante caudal de material probatorio y voces que llegaron desde las distintas partes implicadas, durante un promedio de 8 horas diarias de tratamiento, para determinar la inocencia o culpabilidad de los sentados en el banquillo de los acusados: el sacerdote Tulio Matiussi, la preceptora María Luján Rubíes y el portero Anselmo Ojeda, integrantes de la institución educativa y religiosa de San Pedro. Sobre ellos recae la imputación de abuso sexual simple, agravado por la condición de ministro de Culto y cuidadores, respectivamente.

Tal como consignara Diario EL NORTE, la lectura del veredicto ha extendido su horizonte. Ante el gran número de declarantes en la causa y la “demora” que esto significó, el juicio no pudo canalizarse por completo en los cinco días planeados. Por tal motivo, se resolvió continuar desde el próximo lunes con la instancia de alegatos, desde las 9 horas.

Una vez que estos finalicen, el Tribunal Oral y Criminal número 2 –presidido por la Dra. María Elena Baquedano, acompañada del Dr. Alejandro López y la Dra. Belén Ocáriz– estará en condiciones de dictar la sentencia. Eso puede determinarse de manera inmediata o en la misma jornada; pero también podrán considerar cinco días hábiles para expedir su decisión, que determinará la responsabilidad o inocencia de los imputados.

Últimas voces

En vistas del poco tiempo restante para llegar al viernes, y como estrategia por el desarrollo que el contenido del juicio venía teniendo, la defensa de Matiussi, Ojeda y Rubíes eximió de prestar declaración a algunos de sus testigos propuestos.

Por tal motivo, ayer llegaron al recinto de calle Guardia Nacional tan solo un puñado de declarantes. Entre ellas, dos docentes del Jardín Belén. Ambas marcaron consistentes coincidencias en cuanto al contenido y patrón testimonial que expidieron ante el Tribunal. De hecho, la construcción de algunas de sus respuestas fueron con el mismo uso de palabras: “por la dinámica del jardín, es imposible” y “con la dinámica que tiene el jardín, no lo creo”.

Una de ellas explicó que tenía hijos cursando en la institución, por la confianza que dicho espacio le genera. Esto funcionó como doble argumento a la hora de plantear su lectura de “imposible” respecto de la comisión de abusos sexuales en la institución. “Si yo hubiera visto algo, ¿cómo no hubiera intervenido?”, insistió.

A su vez -como Rubíes lo hiciera el primer día de declaraciones- detalló que la mecánica cotidiana de funcionamiento del jardín no da lugar a que pudieran suceder los hechos que se denuncian. Otro hincapié de las maestras estuvo en la caracterización del edificio como algo “chico”, donde todo se veía con facilidad desde distintos ángulos. También explicaron que los movimientos de alumnos y docentes son siempre en bloque, salvo cuando los pequeños iban al baño de manera individual y la preceptora (Rubíes) aguardaba afuera, por si necesitaba algo (que, dicen, no incluía limpiarlos). “Siempre veíamos bien a los niños”, destacó una de las docentes.

Contradicciones

Los representantes del Ministerio Público Fiscal –Dr. Hernán Granda y Dra. Franca Padulo– hicieron consistentes intervenciones durante las expresiones de la profesora que contó que a través de un grupo de WhatsApp de padres tomó conocimiento sobre las presunciones de abusos. El día 7 de diciembre, comentó, recibió un mensaje de audio que indicaba “que había que movilizarse y preguntar a los chicos, que estemos atentos, que habían más (chicos abusados). La situación fue un caos. Lo primero que salta es Anselmo”.

Al ser consultada sobre su anterior referencia a que no la preocupaba lo expuesto por otros padres y madres, incluso teniendo familiares en ese entorno, explicó que con su pareja “descartaron” que sus hijos fueran víctimas. Sin embargo, luego dijo que la situación la preocupó un poco. Una inconsistencia similar sucedió cuando Granda preguntó si requirió al pediatra de sus niños que chequeara su estado físico de salud, a lo que la mujer se negó por no encontrar señales. De igual manera se refirió sobre la negativa a preguntar a los pequeños si había sucedido algo sospechoso en su jardín.

Sacerdote

Las testigos convocadas por la defensa excluyeron al cura Matiussi de la escena donde habrían transcurrido los abusos, el jardín. Ante el otro lugar marcado –la iglesia que lo tenía como párroco– expresaron que la institución no llevaba a los niños, como para que se considerara la posibilidad del ilícito denunciado.

Una de ellas manifestó que el sacerdote fue a Belén solamente el día de apertura de clases del año 2017. En tanto, la otra docente detalló que Tulio Matiussi no iba al jardín porque “no tenía buena relación con nosotras”, las maestras.

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