Con fecha ya definida y a través de la plataforma Zoom, al menos en la primera etapa, el martes 27 de octubre comenzará el juicio por crímenes de lesa humanidad cometidos en los centros clandestinos de detención y tortura “Pozo de Quilmes” y “Pozo de Banfield”, así lo determinó el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº1 de La Plata.
La Unidad Fiscal que interviene en los juicios por crímenes del terrorismo de Estado en esa jurisdicción está representada por los fiscales generales Hernán Schapiro y Gonzalo Miranda y por los auxiliares fiscales, Juan Martín Nogueira Ana Oberlin.
La denuncia, una vez retomada la democracia, se radicó en el Batallón de Ingenieros de Combate 141 en Santiago del Estero, la ciudad donde vivían, el 20 de marzo de 1984 por Benjamín Santillán, padre de la víctima.
El relato del padre es que en noviembre de 1976 su hijo, la esposa y sus hijos fueron secuestrados por el Ejército y la Policía Bonaerense en su domicilio, en nuestra ciudad. En abril de 1977 habían presentado un hábeas corpus y fue respondido negativamente. Ese mismo año, por orden del Ministerio de Gobierno bonaerense, se inició un sumario administrativo que resultó archivado. En 1983 se reitera el pedido, esta vez denunciando el procedimiento del secuestro y la tortura recibida durante tres días en la dependencia policial de la ciudad antes de ser trasladados a San Nicolás.
La historia de la familia Santillán-Lanzillotto
El 17 de noviembre de 1976, en la vivienda familiar de la zona céntrica de nuestra ciudad, las fuerzas del Ejército secuestraron y posteriormente desaparecieron a la familia completa, María Cristina Lanzillotto, Carlos Benjamín Santillán y sus dos hijos María y Jorge, que en ese entonces tenían 1 y 2 años.
Los adultos, en ese momento fueron trasladados a una comisaría de San Nicolás y los niños fueron dejados en el patio de una iglesia en Rosario, dónde una vecina los encontró y los tuvo hasta marzo de 1977, que comenzó a buscar a sus familiares. Sus abuelos, que vivían en La Banda, Santiago del Estero, pudieron encontrarse con ellos al poco tiempo.
La mujer que encontró a los niños quiso adoptarlos, pero finalmente buscó a sus familiares a través de la televisión. Un primo de los menores reconoció a los niños en el televisor, lo que posibilitó un rápido encuentro.
El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) informó en junio del 2006 sobre la identificación de los restos de María Cristina. Las mayores precisiones que se tienen es que los restos fueron exhumados entre 1988 y 1992 en el cementerio de Avellaneda. La misma noticia llegó en septiembre del 2009 cuando el mismo equipo, el EAAF informó sobre la identificación de los restos de Carlos Benjamín.
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