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Una historia de superación: entrena en un terreno baldío, fue medalla de plata en Brasil y sueña con Tokio 2020

En Octubre de 2008 Pablo Giménez sufrió un accidente de tránsito que le costó la amputación de su pierna izquierda por debajo de la rodilla. Once años después, con la misma prótesis y sin ayuda de ningún tipo, ubicó a Pergamino en la élite del atletismo adaptado: "tengo el pie pegado con cinta pero voy a perseguir mi sueño".

Si se pudiera materializar palabras al evocar nombres propios, sin dudas Pablo Giménez sería la materialización de la superación de la adversidad. Utópico pero decidido, hasta disimula el enorme esfuerzo que le significa brindar una entrevista, sin embargo, la meta Tokio 2020 pareciera combustible más que suficiente para repasar su vida.

En diálogo con el programa Pan y Circo de RADIO MÁS (FM 106.7), Pablo contó su historia con los dolores y sacrificios que atravesó para llegar a ser parte de la Selección Nacional de Atletismo Paralímpico a pesar de las veces que la política y sus representantes le cerraron las puertas cuando golpeó por una ayuda económica que le permita sortear los gastos.

“Yo nací en Firmat, pero me crié acá, me siento de acá” comenzó diciendo Pablo Giménez cuanto intentó encontrar alguna razón que justifique la falta de apoyo oficial. “Yo cobro una pensión de $6.000 por discapacidad y trabajo de seguridad en un boliche de Colón donde me pagan $1.000 la noche, esos son mis números y no me alcanza, tengo que comer y criar a mis hijos” y agregó “tengo el pie roto, hoy lo tengo pegado con cinta, necesité que el Municipio me diera una mano y ellos me dijeron que no, y encima después me pidieron que diga que era atleta del Municipio”.

Hace apenas una semana tuvo su primer torneo internacional. Compitió en el Abierto Internacional de Deporte Paralímpicos en Brasil, un torneo clasificatorio a los Parapanamericanos de Lima 2019. Obtuvo el segundo lugar, y la correspondiente medalla de plata, al alcanzar los 37 metros en lanzamiento de bala. Además, rompió su propia marca en lanzamiento de jabalina quedando en la cuarta posición. La meta de llegar a los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020 ya se parece más a un sueño que a una utopía.

Con autogestión logró llegar hasta la Selección Argentina, de la cual participa desde hace un poco más de un año. “Le agradezco a Beto Rodriguez, que es actual presidente del COPAR (Comité Paralímpico Argentino) que siempre me lleva a entrenar con ellos y fue el que me vio el potencial. Allá entrenamos en el CeNARD, pero acá entreno solo, en un terreno baldío y sin entrenador” cuenta Giménez como al pasar pero amplía ante la repregunta de los integrantes de Pan y Circo: “voy al terreno de General Salvio y a veces uso un banco de entrenamiento que me hizo mi amigo Cristian de Escapes Pergamino”.

¿No obtuviste ayuda ni para comprarte lo esencial?

“No. Yo competí hasta con el muñón lastimado, porque la mía es una prótesis que me hace rozar mucho. Pedí hasta una media de silicona que vale $1.000 y tampoco me la facilitaron. Ni este Gobierno, ni el anterior, ni PAMI, estoy cansado de hacer trámites, yo quiero entrenar”.

Respecto a la falta de apoyo por parte de las autoridades locales Pablo respondió “a mi me dolió mucho eso, porque hoy me toca a mí pero mañana le puede pasar a cualquiera. Nunca tuve respuesta de ellos. En Julio del año pasado me pidieron que lleve un presupuesto de una prótesis nueva, en ese entonces valía $130.000, hoy no sé a cuánto se fue, igual nunca me dieron respuesta”.

Consultado por los elementos que necesita para continuar compitiendo profesionalmente, agregó: “Lo que estoy necesitando es una protesis mejor. La que uso, la tengo desde hace 10 años”, comentó. Sin embargo, el atleta nunca bajó los brazos “le dije a mi familia que iba a vender mi auto para comprar mis materiales y tener mis cosas para entrenar solo y eso hice, Me quedé a pata pero no me importó, no nací arriba de un auto y estoy dispuesto a perseguir mis sueños”.

Las crónicas de medallas y podios muchas veces dejan sepultado el esfuerzo que implica para los deportistas el camino recorrido: las horas dedicadas al entrenamiento, el apoyo familiar y el “sueño de pibe” como motor. En el 2006 Pablo sufrió la pérdida de un hijo, dos años después sufrió un accidente por el cual debieron amputarle su pierna por debajo de la rodilla, en el 2013 falleció su papá y hace poco se enteró del cáncer que padece su mamá. “Lo que yo busco es sacarle una sonrisa a mi mamá que la está pasando mal”, asegura en su charla con RADIO MÁS, al borde de la emoción.

En Agosto, Pablo Giménez formará parte de la delegación de la Selección Argentina de Atletismo Paralímpico como representante de nuestra ciudad: “mi sueño es llevar a Pergamino a lo más alto”.

Tres meses parece tiempo suficiente para que suene su teléfono y que las autoridades locales o nuestros representantes provinciales le brinden apoyo, o al menos le reconozcan el trayecto recorrido y los logros obtenidos, algo que hasta ahora no sucedió.

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