• cielo claro
    15° 29 de Marzo de 2024
estefania-fesser-minjpg

Una pergaminense estudia los mecanismos de acción de la pasta base de cocaína

Estefanía Fesser, es becaria doctoral del CONICET en el IQUIBICEN y coautora principal del estudio. Junto a otros investigadores, administraron paco a un grupo de ratonas y evaluaron sus efectos tanto a nivel conductual como cerebral.

La pasta base de cocaína (PBC) -también conocida como paco– es una droga de abuso ilegal que mezcla un extracto no purificado de las hojas de coca con otros alcaloides, en una combinación que se genera como resultado natural del mismo proceso de extracción. Amén de ser un producto derivado de la manufactura de la cocaína, el paco produce entre sus consumidores un cuadro clínico muy distinto al que se puede observar entre los usuarios de cocaína, lo que indicaría que sus mecanismos de acción son también diferentes.

De acuerdo con los especialistas, la PBC, además de ser más adictiva y tóxica, induce entre sus consumidores un abandono más pronunciado de las normas sociales junto con graves desordenes psicológicos que se manifiestan en forma de deterioro cognitivo y en un comportamiento antisocial impulsivo y agresivo.

Probablemente debido a que se trata de una droga mayormente utilizada por adolescentes y jóvenes de América Latina –donde se ubica sólo detrás de la marihuana y la cocaína en cantidad de consumo- su estudio hasta el momento no ha suscitado gran interés entre científicos europeos y estadounidenses, razón por la cual resulta fundamental que investigadores de países como la Argentina se ocupen de analizar sus efectos y mecanismos de acción.

Teniendo en cuenta esta necesidad, un equipo de científicos del CONICET en el Instituto de Química Biológica de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (IQUIBICEN, CONICET-UBA) encabezado por Eduardo Cánepa, investigador principal del CONICET y director del Laboratorio de Neuroepigenética y Adversidades Tempranas (FCEN, UBA), busca estudiar los efectos del paco tanto a nivel conductual como del sistema nervioso central mediante la experimentación con modelos animales.

“Aunque es sabido que los efectos del paco son devastadores no es tanto lo que hasta ahora se conoce sobre los mecanismos de acción que median estas consecuencias. Para intentar entenderlos, en este trabajo usamos como modelo animal un grupo ratonas al que le administramos PBC durante 10 días seguidos”, comenta Cánepa, en referencia a un trabajo reciente publicado en la revista especializada, Psychopharmacology.

Los investigadores buscaron ver qué pasaba con este grupo de ratonas, por un lado -a nivel conductual- respecto al comportamiento de tipo nervioso, la locomoción y la memoria, y por otro -a nivel molecular- en relación con los genes de expresión temprana en dos regiones del cerebro: la corteza prefrontal y el nucleus accumbens.

“Lo que hicimos fue administrar paco a un grupo de ratonas durante 10 días seguidos y luego suspendimos el suministro por el mismo plazo de tiempo. Tanto durante el período de administración crónica de la droga como una vez finalizado el mismo y tras concluir el período de abstinencia, sometimos a los ratones a dos tests estandarizados en la literatura para medir actividad locomotora y el comportamiento de tipo ansioso. A su vez, controlamos la memoria al final del período de cronicidad y al terminar la abstinencia”, relata Bruno Berardino, becario posdoctoral del CONICET en el IQUIBICEN y uno de los primeros autores del trabajo.

En cuanto a la actividad locomotora y el comportamiento de tipo ansioso –denominado así porque la ansiedad propiamente hablando es un trastorno humano, que entre los consumidores de drogas es a veces lo que determina que se generen cuadros de adicción- los investigadores registraron un notorio aumento durante el período de administración crónica de PBC, así como que los altos niveles se mantenían tras los diez días de abstinencia.

“En este aspecto, tras un lapso sin consumo de paco, los niveles de ansiedad y de actividad locomotora se mantienen elevados. Esto nos habla de que el deterioro que produce esta droga es muy intenso y persistente”, afirma Cánepa.

En lo que respecta al estado de la memoria, tras los diez días de suministro de PBC, los test realizados por el equipo de investigación no permitieron advertir diferencias significativas respecto del grupo de ratonas control, pero sí sugieren la existencia de un deterioro cognitivo tras la abstinencia.

“Una vez concluida esta etapa de la investigación, lo que hicimos fue analizar los efectos del paco en la expresión génica, específicamente en los genes que se conocen como de expresión temprana, en dos regiones del cerebro que están involucradas en el sistema de recompensas: la corteza prefrontal y el nucleus accumbens”, relata la pergaminense Estefanía Fesser, becaria doctoral del CONICET en el IQUIBICEN y coautora principal del artículo.

“Estos genes están involucrados en un montón de procesos en el cerebro, son los que responden ante la activación neuronal derivada de cualquier novedad. En lo que respecta a las adicciones son los encargados de gatillar el pasaje de una respuesta de consumo de tipo recreativo a una respuesta de consumo adictivo. Este proceso se llama neuroadaptación”, explica Berardino.

Las observaciones realizadas permitieron determinar que en las ratonas a las que se les había administrado PBC, los genes de expresión temprana se encontraban aumentados en el nucleus acumbens, pero disminuidos en la corteza prefrontal.

“Por último, quisimos correlacionar la expresión de estos genes con el comportamiento de tipo ansioso. Y pudimos ver que cuanto más marcado era este tipo de comportamiento en una ratona que había sido administrada con paco, se observaba también un mayor aumento de los genes de expresión temprana en el nucleus acummbens junto con una disminución más notoria de los mismos en la corteza prefrontal”, señala Fesser.

Actualmente, la idea de los investigadores es avanzar en el estudio de la evolución de la cognición social de ratones que son administrados con paco, así como de sus niveles de agresividad, y relacionar los registros con lo que ocurre a nivel molecular en la corteza prefrontal que ya se sabe que es una región del cerebro vinculada a este tipo de comportamientos.

Si todavía no recibís las notificaciones de PRIMERA PLANA, mandanos un Whatsapp al 2477.506005 con la palabra ALTA y pasarás a formar parte de nuestra base de datos. ¿Más fácil? Hacé click en el siguiente enlace http://bit.ly/2tCrZxJ.

Si todavía no recibís las noticias de PRIMERA PLANA en tu celular, hacé click en el siguiente enlace https://bit.ly/3ndYMzJ y pasarás a formar parte de nuestra base de datos para estar informado con todo lo que pasa en la ciudad y la región.