Luego de 45 días, este viernes 22 de abril volvió a circular el tren de pasajeros que une Constitución y Bahía Blanca. Por las restricciones de velocidad impuestas por las concesionarias de las vías el servicio demoró más de 18 horas, casi 5 horas más de las que tardaba antes del descarrilamiento en Olavarría.
Tal como había adelantado Todo Provincial, el retorno del tren de pasajeros entre Constitución y Bahía Blanca trajo la amarga novedad de un diagrama mucho más lento que además de generar un servicio insatisfactorio provocó la eliminación de una de las tres frecuencias semanales que regían antes del descarrilamiento.
Para cumplir esa orden judicial, Ferrrosur y Ferro Expreso Pampeano armaron un diagrama cargado de restricciones de velocidad, admitiendo de este modo el mal estado de las vías y el incumplimiento de las tareas de mantenimiento a las que están obligadas.
A pesar de la evidente desidia de las empresas, Ferro Expreso Pampeano dio a conocer un informe preliminar sobre el descarrilamiento en el que intentó responsabilizar al conductor del tren por un supuesto “exceso de velocidad”.
Sin embargo, una inspección judicial citada por el presidente de Ferrocarriles Argentinos Sociedad del Estado (FASE), Damián Contreras, menciona como principal causa del descarrilamiento un “problema en las vías producto del exceso de agua y de lluvia”.
Esta situación se produce en un contexto de vencimiento de las concesiones de las líneas de carga Sarmiento, Mitre y Roca. El Ministerio de Transporte de la Nación ya anunció que las mismas no serán renovadas y que se adoptará un sistema de ”vías abiertas”, bajo el cual el Estado quedaría a cargo de la infraestructura de las vías y, por intermedio de peajes, las operadoras podrán utilizar el transporte de cargas en la red ferroviaria.
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