La actividad física fue incorporada por muchas personas a su rutina diaria debido a que buscan estar bien y tener una vida saludable. Así es que van surgiendo diferentes propuestas que pueden realizarse tanto en casa como en un gimnasio o en el parque. Una de ellas es el jeffing, que anteriormente se lo conocía como run-walk y se hacía mitad caminata-mitad carrera. Pero en realidad, no se trata de quedarse a medias entre una y otra práctica, sino en alternar períodos de carrera con intervalos de caminata estructurados.
Este tipo de entrenamiento relajado es ideal salvo que busquemos mejorar la potencia (correr más rápido) o ganar adaptaciones vasculares (optimización del sistema circulatorio). En caso de que queramos esas mejoras, los entrenamientos de mayor intensidad tipo HIIT suelen dar mejor resultado por minuto entrenado.

El cardio suave mejora la salud cardiovascular y la resistencia. Es importante transmitir el mensaje de que no necesitás acabar agotado, ni empapado en sudor para tener beneficios, dice la fisioterapeuta española Bibiana Badenes, experta en movimiento consciente, quien añade que la clave no es mantener siempre la intensidad, sino favorecer la variabilidad cardíaca: un corazón sano no late como un metrónomo, sino que se adapta con flexibilidad a las demandas del cuerpo.
En síntesis, tenemos que lograr que nuestro corazón unas veces palpite a toda velocidad y otras a ese ritmo amable que nos permite mantener una conversación sin perder el aliento. “Esa variabilidad cardíaca es un marcador de longevidad y no solo se entrena con el esfuerzo físico, también con la forma en que sentimos y nos movemos. Cuando respiramos con calma, disfrutamos del gesto o nos movemos con consciencia, el corazón también se flexibiliza”, expresa Badenes.
Para muchas personas, el cardio suave, sea jeffing o cualquier otra modalidad, es la puerta de entrada a practicar actividad física de forma regular y a largo plazo y no es solo porque canse menos, sino porque se reduce el riesgo de lesiones ya que es menos exigente a nivel articular. Badenes señala que quien se esfuerza por demás lo puede terminar pagando tarde o temprano, ya sea con lesiones, fatiga crónica o pérdida de motivación. “El cuerpo quiere regularse, disfrutar y no ser castigado”, opina.
Un estudio realizado por el Institute of Health de Luxemburgo y la Universidad Aarhus de Dinamarca demuestra que los problemas musculares suelen surgir por picos en una sesión y no por acumulación lenta. “Si hacemos cardio suave, evitar saltos bruscos de distancia o intensidad. En resumen, menos esfuerzo no solo implica menos fatiga, sino menor riesgo de lesión por sobrecarga”, aclara García Navarro.
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