El ambiente en barrio Acevedo está en ebullición. La caída de esta tarde ante Gimnasia de Chivilcoy dejó algo más que una derrota: marcó el sexto partido consecutivo sin victorias para Douglas y encendió todas las alarmas. Por estas horas, el nombre de Adrián “Bati” Aranda -ídolo eterno del club- suena con fuerza no por sus goles, sino por lo que sería su inminente salida del cargo de entrenador.
Aunque no hay anuncio oficial, todo indica que la dirigencia ya habría tomado una decisión. El presidente y su círculo más cercano esperarían un gesto del propio “Bati” para dar un paso al costado, tras verlo abatido y sin respuestas luego del pitazo final en Chivilcoy. La imagen fue fuerte: un referente solo, en silencio, y sin respaldo visible.
Pero lo que sucede puertas adentro va más allá de lo futbolístico. El intendente Javier Martínez, voz influyente dentro del club y guía política de gran parte de la dirigencia, habría sido determinante. En una charla reservada, habría señalado que el ciclo está terminado, y que es momento de buscar otra conducción para el primer equipo.
Como suele pasar en estos casos, las primeras reacciones fueron de negación y hermetismo, pero la sensación en el entorno es clara: la etapa de Aranda estaría finalizada. Mientras tanto, el calendario no da respiro y el próximo partido aparece en el horizonte, dejando poco margen para maniobras dilatorias.
El interrogante que duele en muchos hinchas es uno solo: ¿Lo dejaron solo al Bati?. Sin apoyo. explícito, con una racha negativa y rodeado de silencios, Aranda -el mismo que alguna vez fue ovacionado por todo Pergamino- parece estar saliendo por la puerta menos pensada. Una salida que, para muchos, es tan injusta como evitable.
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