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Arsénico en el agua potable: aclaraciones y responsabilidades

La actual administración se caracteriza por su ineficiencia y tendencia a la improvisación en diversas áreas, incluyendo la gestión del agua potable. A diferencia del enfoque del gobierno anterior, que abordó la situación con determinación y recurriendo al asesoramiento de expertos, las iniciativas actuales carecen de la rigurosidad y el compromiso necesarios. Tamaña inacción y ausencia de soluciones efectivas ponen en riesgo la salud de la comunidad.

El origen del problema se remonta a una intimación judicial del año 2000, cuando, a raíz de una presentación realizada por parte de abogados de la ciudad, se ordenó a la Municipalidad de Junín que redujera el contenido de arsénico en el agua potable a 0,01 mg/l en un plazo de 15 días, conforme a lo estipulado en el Código Alimentario Nacional en ese entonces.

Este plazo era evidentemente irrealista, ya que el cumplimiento de tal exigencia requiere obras de gran envergadura y una inversión considerable, como por ejemplo la propuesta de traer por canalización y bombeo agua del Río Paraná, para luego depurarla, lo cual tampoco contemplaba las frecuentes sequías del río.

Para comprender la dimensión del desafío, es importante mencionar que el agua subterránea de la región, incluyendo los acuíferos Pampeano y el Puelche, presentan altos niveles de arsénico debido a depósitos volcánicos y sedimentarios de la era terciaria, lo que convierte al hidroarsenicismo en un problema endémico en varias zonas de la Argentina.

La respuesta de la gestión Meoni

Cuando Meoni asumió como intendente en 2004, decidió tomar acción inmediata. En coordinación con la UNLP, se firmó un convenio para realizar una investigación científica sobre la calidad del agua y se iniciaron estudios geológicos en los acuíferos de la región. Se analizaron perforaciones a diferentes profundidades, con resultados que demostraban niveles de arsénico inaceptablemente altos en los pozos más profundos. A partir de entonces, se llevaron a cabo jornadas de debate abiertas a la comunidad con la participación de la cátedra del Dr. Hernández de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la UNLP y médicos locales.

En dichas reuniones, los especialistas indicaron que no se registraban casos autóctonos de hidroarsenicismo en Junín, lo cual trajo alivio a la población y orientó hacia soluciones viables dentro de los recursos del municipio.

Con base en esos estudios, se implementó un plan para reducir el contenido de arsénico a 0,05 mg/l, nivel aceptable según la última modificación del Código Alimentario Nacional, mediante la mezcla de aguas de distintos pozos.

 

Esfuerzos y resultados

La Secretaria de Obras y Servicios Públicos instruyó a Obras Sanitarias Municipales para que realice perforaciones a menos profundidad, varias de ellas a unos 45 m. Entre 2004 y 2011, se realizaron más de 55 perforaciones, de las cuales 37 arrojaron niveles de arsénico que oscilaban entre 0,01 mg/l y 0,02 mg/l y con caudales del orden 20.000 l/h. Estos caudales servirían para mezclar con el de otras perforaciones de mayor caudal, pero con más arsénico, y así reducir el promedio. La ejecución del plan fue posible exclusivamente con recursos municipales, ya que no se contó con apoyo financiero ni de la Nación ni de la Provincia. Durante este período, la administración de Meoni presentó informes mensuales a la justicia detallando el avance de las obras y las inversiones realizadas, lo que llevó a la Corte Suprema de Justicia de la Provincia a aceptar el plan propuesto y suspender la aplicación de multas.

Se establecieron nodos de mezclado dividiendo la ciudad en seis zonas para combinar aguas de distintas perforaciones, y se realizaron obras específicas en cada área para asegurar la eficiencia del sistema:

* ZONA A: Ejecución de 11 pozos números 25, 46, 47, 48, 49, 50, 51, 53, 54, 55 y 56, acueductos y mezcla en el tanque cisterna existente en el establecimiento, incorporando los caudales de los pozos N° 1, 3, 4 y 5.

* ZONA B: Instalación de una planta de tratamiento para el pozo N°14 y mezcla con el pozo N° 19.

* ZONA C: Construcción de una cisterna para mezcla de los pozos N° 13 y 18 y 60.

* ZONA D: Construcción de una cisterna para mezcla de los pozos N° 26, 32, 33,34 y 35.

* ZONA E: Ejecución de ocho pozos N° 57, 58, 59, 63, 64, 65, 66 y 67 y construcción de una cisterna para efectuar mezcla con los pozos N° 6, 16, 17 y 20.

* ZONA F: Tres nuevos pozos N° 43, 44 y 45.

Hasta el final del mandato del intendente Meoni, se ejecutaron más de 40 perforaciones explotables y se comenzó a instalar cañerías para conducir el agua al tanque intermediario,ubicado al pie del tanque elevado en el establecimiento de calle Alberdi, con el objetivo de mezclar el agua de manera adecuada. Además, se proyectaron cisternas en distintos puntos estratégicos de la ciudad,ya que la inyección directa en las cañerías no garantiza una mezcla homogénea, algo que sí se logra con el uso de cisternas.

Por último, para la perforación de Plaza Alem, se proyectó instalar una batería de ósmosis inversa, debido a que las perforaciones exploratorias realizadas en la zona no arrojaron resultados satisfactorios y el pozo existente presentaba altos niveles de nitritos.

 

La situación actual y las limitaciones del Gobierno

El plan implementado durante la gestión de Meoni fue abandonado por las administraciones posteriores. Desconozco si la justicia continuó exigiendo el pago de la multa mensual por no cumplir con el avance del plan o si, por algún pase de magia, la cuestión quedó convenientemente fuera de radar. Lo único cierto es que se realizaron algunas perforaciones, pero, al no publicarse los resultados, se infiere que arrojaron niveles elevados de arsénico. Esta falta de transparencia genera incertidumbre sobre la verdadera calidad del agua.

La actual administración se caracteriza por su ineficiencia y tendencia a la improvisación en diversas áreas, incluyendo la gestión del agua potable. A diferencia del enfoque del gobierno anterior, que abordó la situación con determinación y recurriendo al asesoramiento de expertos, las iniciativas actuales carecen de la rigurosidad y el compromiso necesarios. Tamaña inacción y ausencia de soluciones efectivas ponen en riesgo la salud de la comunidad.

 

Reflexiones finales

Es esencial que se reconozcan los esfuerzos realizados en la administración de Mario Meoni para enfrentar una problemática compleja como la del arsénico en el agua potable. Aunque los desafíos persisten, los pasos iniciales dados en aquel entonces sentaron las bases para mejorar la calidad del agua en la ciudad. La gestión actual debe retomar esas iniciativas con el mismo nivel de compromiso y transparencia, para así garantizar la salud y el bienestar de los habitantes de Junín.

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