El escándalo que sacude a la Agencia Nacional de Discapacidad en medio de las investigaciones por el presunto pago de coimas es apenas la punta del iceberg de los problemas y deficiencias del organismo.
La ANDIS, como lo indica su sigla, es la responsable de otorgar pensiones a los ciudadanos que padecen de discapacidades, ya sean estas de índole física o mental. Sin embargo, en la profundidad de su revisionismo en torno a las personas que tienen estas condiciones, el ente ha dejado vulnerable a buena parte de la población durante los últimos meses.
Las trabas burocráticas han impedido que los argentinos puedan acceder a una asistencia digna. Esta condición, lamentablemente, también atañe a los atletas de disciplinas adaptadas y paralímpicas.
Uno de los casos más resonantes es el de Juan Carlos Montenegro, ajedrecista paralímpico, quién no ha recibido esa pensión y argumentó que conoce mucha gente que atraviesa las dificultades para acceder a la ayuda. “Le han metido a la gente en la cabeza que hay miles y miles de discapacitados truchos”, marcó el atleta con discapacidad visual.
A su vez, el mendocino si dio cuenta de cómo son las comunicaciones con ANDIS para acceder a las pensiones, poniendo en eje los problemas y dificultades a sortear: “Las cartas documento es mentira que las envían a los lugares que correspondían. Casi toda la gente había hecho bien la actualización de dirección, pero ellos decidían mandarla a donde se les cantaban para que no llegue al lugar que correspondía. Yo ando sólo con bastón, pero mucha gente no".
“A mi me la denegaron siempre la pensión, no sé cual es el motivo. Antes habían otros ámbitos y se me denegó siempre. En 2023, el Gobierno de ese momento había sacado una reglamentación de que una persona con discapacidad con trabajo en blanco podía pedir una pensión siempre en cuanto no pasara los tres sueldos mínimos. La empecé a gestionar en la ANDIS, pero directamente me pusieron, este último tiempo, millones de excusas. Me mandan a pedir más exámenes cuando no me han aprobado nada", sostuvo.
La palabra de Montenegro, que mencionó que el desarrollo de la logística y los viajes mayormente "han sido por conseguirlo por uno mismo o con la ayuda de la gente”, se une a la de otros representantes rioplatenses a nivel mundial.
“Trabajo en un hospital nacional donde viven personas con discapacidad intelectual, y tuvimos hace un par de meses la auditoria para demostrar la discapacidad intelectual de pibes que viven ahí de toda la vida”, señaló el para tenista de mesa Gabriel Copola, quién ejemplificó desde su rol laboral sobre los derechos que se están socavando a las personas con discapacidad.
María José Quiroga, fue más contundente con su experiencia con la Agencia: “No hay asistencia de la ANDIS para mí. Antes podía ir y solicitar un certificado de discapacidad, hoy es muy difícil. Nadie sabe nada y no hay asistencia ni apoyo de nada. He presentado expediente para la Ley de Cheques y nunca hubo nada. No tengo ningún tipo de asistencia como persona con discapacidad y presenté muchísimos expedientes".
“La ANDIS no se para qué está. El ENARD apoya, pero han tenido muchos recortes, antes había una ley de lineas telefónicas un 1% iba a ese organismo. Hoy no puede subsistir con los viajes, hoy no podemos viajar a ninguna copa del mundo”, reveló la paraciclista sanjuanina a Doble Amarilla, que expuso también que a debido a contar con un trabajo en blanco no cuenta con acceso a la pensión.
“Está haciendo todo mal. Nadie sabe a hablar y nadie aclara nada”, describió sobre la Agencia la deportista de 30 años oriunda de Albardón, quién en 2024 participó de sus primeros Juegos Paralímpicos en París en la categoría en linea y que tiene ceguera desde su nacimiento.
Gabriel Sosa, por otra parte, retoma la odisea administrativa en ANDIS en su caso para no perder la pensión. El maratonista riojano le confió a Doble Amarilla que le llegó a él y otros colegas “una carta a documento explicando que por parte del ANDIS y ANSES hay que corroborar la discapacidad presentando los estudios médicos, ya sea la la historia clínica, radiografías, ecografías, etc”.
“La viveza de ANDIS es que algunos cambiamos ya hace rato los domicilios y no nos llega a donde vivimos actualmente, sino que nos llega a nuestro domicilio anterior para que se nos pueda complicar la solución para la pensión”, comentó el atleta además de apuntar que lo obligan a ir y presentarse en su provincia para realizar los tramites y no su domicilio actual en Buenos Aires y que existen “retrasos” en los pagos.
La mencionada reducción del ENARD es clave también para visibilizar una problemática doble en el caso de los deportistas con discapacidad, que ven reducida aún más su posibilidad de llevar adelante con normalidad su desempeño deportivo.
Stefania Ferrando, medallista dorada y abanderada en la ceremonia de clausura el pasado septiembre en París, comentó a este medio que las gestiones para acceder a las competencias son muy complejas, ya que el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo tiene menos presupuesto para afrontar competencias. “Nosotros este año hemos tenido hasta el momento 3 competencias, solo la de la categoría BC3, donde participo, pero hemos logrado el apoyo porque el año pasado fuimos medallistas en París”, relató la representante de bochas en la última cita paralímpica.
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