Leandro García fue la primera persona que asistió a Antonella Prieto, la pergaminense de 34 años que estaba acompañada por su pareja Patricio Foster y el hijo de ambos de 2 años, que falleció en un show infantil de dinosaurios, en el Partido bonaerense de Vicente López.
Es estudiante de medicina de cuarto año y se encontraba en el lugar como espectador del show junto a su familia. “Casi no vamos, pero teníamos las entradas hace 15 días”, dijo a PRIMERA PLANA.
Según la reconstrucción de los hechos, mientras caminaban por el predio, Antonella se desvaneció. “Le sostuve la cabeza mientras se moría”, recordó Leandro.
Una vez que terminó el turno de la función, alrededor de las 17:00, Leandro García estaba por cruzar la puerta para irse con su familia hasta que escuchó que “una persona estaba convulsionando.
“Me acerqué y vi que había una mujer joven en el piso. Una persona asistente del evento le estaba haciendo RCP. Me dijo que se cansaba y la reemplacé”, recordó.
Mientras atendía a la Antonella, García empezó a buscar el causante del hecho, datos que podía saber Patricio, que le podían servir para saber cómo proceder: “Le pregunté si tenía antecedentes y me dijo que era sana. Me contó que ella comenzó a sentirse mal, vio que se desvanecía, la recostó y ahí convulsionó”.
“Fue una desgracia que se pudo haber evitado”
De acuerdo a su relato, les solicitó a los organizadores del evento un Desfibrilador Externo Automático (DEA), pero afirmó que cuando se lo llevaron estaba descargado: “No podía ser que esté así, pensé que era una broma”.
En tono de denuncia, Leandro García recalcó que la ambulancia tardó más de media hora en llegar. Consideró que “fue una desgracia que se pudo haber evitado.
“El médico que estaba ahí solo le puso un monitor chiquito donde marcaba la saturación y el ritmo cardíaco”, rememoró a PRIMERA PLANA.
Una vez que se llevaron a la mujer de nuestra ciudad a La Maternidad Santa Rosa de Vicente López, Leandro García fue hasta allá para ver cómo seguía de salud y se enteró de que lamentablemente había muerto.
“Esa noche no pude dormir. Sigo triste, angustiado, me siento impotente e indignado por la negligencia”, lamentó.
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