En medio de una interna peronista que no afloja y mantiene en vilo al oficialismo bonaerense, las tensiones entre el kicillofismo y La Cámpora vuelven a quedar expuestas. Con un escenario marcado por la incertidumbre, incluso entre dirigentes del propio peronismo que no logran descifrar del todo qué está en juego, los gestos de distensión parecen escasos. La puja política se intensifica con un mes especialmente sensible: mientras se espera un multitudinario acto de Cristina Kirchner el 25 de agosto, el evento que Axel Kicillof tenía previsto para el 24 fue postergado, en lo que se leyó como un nuevo capítulo del conflicto.
En este clima, las declaraciones del ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense, Andrés “Cuervo” Larroque, avivaron aún más las llamas. En diálogo con el medio El Destape, el funcionario volvió a defender el liderazgo de Axel Kicillof y cuestionó, sin nombrarlos, a sectores del cristinismo que no respaldan su gestión. “Si lo que se busca es la unidad, me parece que lo central tiene que pasar por consolidar, apuntalar y defender la gestión de la provincia de Buenos Aires. Defender a su Gobernador y tratar de no generar disputas sin sentido dentro del espacio, que lo único que hacen es que perdamos tiempo y esfuerzo”, afirmó.
Larroque también apuntó contra expresiones recientes de legisladores identificados con el cristinismo duro: “Hay un montón de dificultades, inclusive, hemos visto en los últimos días expresiones que la verdad que no colaboran en nada. Creo que en ese sentido todos nos tenemos que llamar a la reflexión y entender que si queremos unidad, hay que demostrarlo en los hechos”.
El cortocircuito entre las dos terminales más fuertes del peronismo bonaerense quedó evidenciado con la decisión unilateral de Kicillof de desdoblar las elecciones provinciales de las nacionales. Una jugada que molestó a Cristina Kirchner, quien considera que esa medida solo beneficia al gobierno de Javier Milei, al dividir esfuerzos. Kicillof, en cambio, sostiene que unificarlas, siendo que se utilizarían sistemas distintos de votación (boleta tradicional a nivel provincial y boleta papel a nivel nacional), podría disparar aún más el ausentismo electoral.
Larroque, alineado con el gobernador, insistió en que “la provincia de Buenos Aires tiene un gobernador y en todo caso lo que tenemos que hacer nosotros es fortalecerlo” y pidió “entender lo que implica políticamente la figura del gobernador de la provincia de Buenos Aires”. En ese sentido, remarcó: “No podemos ignorar el peso y el volumen de la provincia de Buenos Aires y lo que significa hoy la figura de Axel Kicillof, así que yo diría que el camino tiene que ser fortalecer a Axel y todo lo que debilite a la Provincia de Buenos Aires y a la figura de Axel, se aleja de ese objetivo que tiene que ver con terminar con esta pesadilla”.
Durante la entrevista, el ministro también hizo referencia a las diferencias internas expresadas en la Legislatura provincial y criticó el modo en que se trabó la discusión sobre el calendario electoral. “Venimos afrontando desde el año pasado, pero sobre todo desde el comienzo de este año, una discusión inaudita respecto de cómo resolver un proceso electoral que era una cuestión muy simple que el gobernador había planteado como iniciativa. Si alguien tenía una propuesta superadora, bienvenida sea, pero poner en base a argucias políticas o de carácter administrativo, disfrazar lo que es un debate político de fondo, nos hizo perder mucho tiempo”, sostuvo.
Finalmente, Larroque dejó un mensaje abierto, aunque cargado de tensión: “La verdad que nosotros tenemos los brazos abiertos y estamos esperando que todos vengan a sumar”. Las diferencias persisten y la unidad en el peronismo bonaerense parece, al menos por ahora, un objetivo lejano.
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