Durante la tarde de este sábado se realizó un pequeño acto de apoyo a la causa Palestina y contra el genocidio que vienen padeciendo desde 2023. La actividad, de carácter alusivo, había sido anunciada con antelación a través de redes sociales.
Al llegar el horario estipulado para el encuentro organizado por la Asociación por la Memoria y los Derechos Humanos, se apersonaron dos efectivos de la patrulla urbana quienes aseguraron que se hacían presentes porque lo vieron desde las cámaras de seguridad del municipio. Al acercarse a dialogar con algunos de los organizadores, uno de los efectivos les comunicó que no podían utilizar el micrófono en un espacio público. Esto puso en duda el inicio del evento ya que, aunque fue difundido con semanas de anticipación, no se contaba con un permiso municipal. Entre las alternativas, se propuso dialogar con el intendente o contactar a personal idóneo del área correspondiente, pero según los efectivos, no se encontraban trabajando por tratarse de un día sábado. Tampoco se aceptó la posibilidad de firmar el papeleo correspondiente a posteriori.
Llama la atención la doble vara, ya que otros eventos como los cierres de campaña a viva voz en un espacio público por parte del intendente no eran cuestionados ni requerían habilitación municipal. Minutos más tarde el acto comenzó normalmente, ante la mirada atenta de uno de los efectivos que estuvo presente todo el tiempo hasta que las cincuenta personas presentes se desconcentraron. Un despliegue que parece inmenso para apenas un puñado de gente que se juntó a charlar y debatir en una plaza.
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