Hace pocos días salió a la luz una relación sentimental entre una oficial afectada a la Estación de Policía Pergamino y un detenido, que estuvo involucrado en la reyerta ocurrida en los calabozos de la Comisaría Tercera, el pasado 29 de agosto.
La agente, oriunda de Colón, de 26 años, mantiene una comunicación activa con un detenido que posee un extenso historial delictivo -que incluye numerosos asaltos y robos, lesiones, amenazas y tenencia de armas de fuego, entre otras imputaciones- desde que el sujeto se encontraba bajo custodia en la seccional de Avenida Paraguay.
El escándalo estalló cuándo se descubrió que la mujer y el preso mantenían una relación sentimental, según lo revelado por sus interacciones en las redes sociales y por fotografías que el mismo detenido publicó en sus redes sociales durante una visita que ella le realizó recientemente a la Unidad Penitenciaria Nº 3 de San Nicolás donde permanece alojado.
Este descubrimiento plantea una preocupación genuina sobre la seguridad y la integridad del sistema penitenciario y pone en tela de juicio las laxas o nulas medidas disciplinarias tomadas por el Ministerio de Seguridad ya que más allá de lo moral, existe una incompatibilidad notoria de intereses.
Tras el incidente en la Comisaría Tercera, donde interviene la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio (UFIyJ) Nº 5, la agente fue reubicada en el Comando de Patrullas, mientras que el preso fue trasladado a San Nicolás, dónde perduran los encuentros entre ambos, ya que la efectivo de la bonaerense figura en los registros como visita.
Se espera que se realicen investigaciones exhaustivas para determinar si la relación sentimental tuvo alguna influencia en los disturbios ocasionados por el detenido en los calabozos.
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