No dormir bien no solo se traduce en cansancio: también puede provocar dolores que acompañan toda la jornada. Según el cirujano estadounidense Themistocles Protopsaltis, especialista en columna vertebral del centro médico NYU Langone Health, un error común al dormir deja los discos y las articulaciones de la espalda en una posición forzada, lo que desencadena molestias que pueden volverse crónicas.
“Quienes duermen boca abajo son los más propensos a sufrir problemas de cuello y espalda”, explica el cirujano. En cambio, recomienda dormir de lado o boca arriba, manteniendo una curvatura natural en forma de S, que conserve el equilibrio y la alineación de la columna.
El descanso es solo una parte del cuidado de la columna. Protopsaltis subraya que una alimentación equilibrada, junto con la práctica regular de actividad física, es clave para mantenerla fuerte y flexible.
“Cuando los pacientes llegan con dolor de cuello o espalda, les pregunto qué tipo de ejercicio realizan. Muchos mencionan estiramientos o pesas, pero olvidan el ejercicio cardiovascular, que es fundamental no solo para el corazón y los pulmones, sino también para los músculos del cuello y la espalda”, señala.

Las actividades aeróbicas —como caminar, nadar o andar en bicicleta— ayudan a mejorar la circulación, el estado de ánimo y la resistencia muscular, reduciendo el riesgo de dolor vertebral.
De poco sirve hacer ejercicio si el cuerpo pasa el resto del día encorvado frente a una pantalla. El cirujano recomienda corregir la postura varias veces al día, llevando los hombros hacia atrás y el cuello a una posición neutra, para reforzar la memoria corporal.
También sugiere realizar estiramientos suaves del cuello hacia ambos lados y revisar la ergonomía del espacio de trabajo: “Si pasás muchas horas mirando hacia abajo, ya sea al celular o a la computadora, estás forzando los músculos sin notarlo”.
Si el dolor aparece al despertar, no siempre alcanza con cambiar de postura. El especialista aconseja comenzar el día con una ducha tibia y masajes suaves en las zonas afectadas y aplicar antiinflamatorios tópicos o hielo para aliviar la tensión muscular.

“Los analgésicos básicos de venta libre, como el paracetamol o los antiinflamatorios no esteroideos, pueden ser útiles”, indica Protopsaltis. Pero también insiste en que la prevención es la mejor estrategia: dormir bien y moverse más durante el día son los pilares para evitar que el descanso se convierta en una fuente de dolor.
Cambiar una rutina de sueño no es fácil, pero con constancia es posible. En pocas semanas, el cuerpo se adapta a nuevas posturas y los músculos aprenden a descansar de manera más equilibrada.
Dormir bien no depende solo del colchón o la almohada: es un acto de cuidado integral. Moverse con regularidad y escuchar las señales del cuerpo pueden ser el mejor tratamiento preventivo para mantener la espalda libre de dolor.
Si todavía no recibís las noticias de PRIMERA PLANA en tu celular, hacé click en el siguiente enlace https://bit.ly/3ndYMzJ y pasarás a formar parte de nuestra base de datos para estar informado con todo lo que pasa en la ciudad y la región.