Una semana laboral más corta, mayor flexibilidad horaria, preferencia por la modalidad híbrida y contratación freelance por sobre la relación de dependencia. Aquellas son las características que definirán al mundo del trabajo dentro de 20 años, según un estudio realizado por la empresa Randstad y la Universidad de San Andrés (UdeSA), en el que participaron cerca de 700 encuestados.
En números concretos, un 66% opina que, en el futuro, las jornadas laborales serán de menos horas, un 21% prevé que se trabajará igual que ahora y solo un 14% cree que se trabajará más que ahora.
“La percepción que tienen las personas sobre una posible reducción de la jornada laboral, ya sea con menos días laborables o menos horas y misma cantidad de días, y el rol que le asignan a la flexibilidad en los escenarios futuros, nos dan pistas claras sobre las tendencias que hay que seguir de cerca”, sostuvo Andrea Ávila, CEO de Randstad para Argentina, Chile y Uruguay.
Al profundizar sobre este punto, el informe revela que, si bien la mayoría de los encuestados coincide que se trabajará menos tiempo, se mantendrá el esquema laboral de entre cuatro y cinco días por semana (85%). Este supuesto se destaca en personas que trabajan en grandes compañías, quienes se muestran más “optimistas”, en comparación con los empleados de empresas medianas o pequeñas.
De cara al futuro, Ávila también explicó que las personas cada vez valoran más el equilibro entre la vida personal y laboral. Por este motivo, siete de cada 10 encuestados percibe que el formato de trabajo dominante será híbrido, un 24% considera que será completamente remoto y apenas un 2% cree que será presencial.
En lo que respecta al tipo de contratación, el estudio indica que la modalidad independiente o freelance tendrá un fuerte protagonismo (88%), con un 70% de las personas que se inclina por trabajar para empresas de distintas partes del mundo y a tiempo parcial. Otro 18% también cree que trabajará bajo este esquema, pero solo para compañías locales.
De esta manera, la relación de dependencia pasaría a un segundo plano: solo el 9% de los consultados considera que las personas elegirán esta modalidad y a tiempo completo en grandes compañías, y un 3% en una PyME.
“Detectamos que los más jóvenes -de 26 a 35 años- son los que, a futuro, se ven trabajando en relación de dependencia, mientras que los segmentos de edades mayores prefieren de forma independiente”, expresó Ávila.
Un 64% de los encuestados sostiene que, dentro de 20 años, su empleo será realizado por un humano y no por una máquina. A pesar de este resultado, Ávila aseguró que la capacidad de adaptación y aprendizaje es “vital” para ser “empleable” en el futuro.
“Con los avances tecnológicos, estamos permanentemente obligados a desaprender para aprender cosas nuevas. Hoy, nuestros estudios están concebidos de forma muy estática. Hay que salirnos de ese esquema en el que, cuando terminamos una carrera universitaria, dejamos de estudiar. Todo el tiempo tenemos que formarnos y tener esa habilidad para incorporar conocimiento de forma rápida”, analizó.
Al respecto, hizo mención a la escasez de talento en la gran mayoría de los rubros, tanto a nivel nacional como internacional. “En la Argentina, hay 10.000 puestos tecnológicos que no se logran cubrir por año”, ejemplificó.
“Hay un descalce de habilidades educativas o blandas para poder aprender. Necesitamos que las personas tengan la competencia de aprendizaje presente, y eso es algo que tiene que desarrollarse desde la niñez, en el comienzo del proceso educativo”, concluyó.
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