¿Qué hay de cierto acerca de que los hábitos se cambian practicándolos 21 días seguidos? Para responderlo vamos hasta 1960, cuando el cirujano plástico Maxwell Maltz definió una duración de 21 días para crear un hábito. Más recientemente, las neurociencias afirman que no siempre es así, y que las neuronas podrían responder en un plazo mayor; sobre todo influenciadas por la tendencia de la mayoría de abandonar o procrastinar el entrenamiento de los hábitos antes de los 21 días.
Se puede decir que el tiempo es variable, aunque si logras sostenerlo por tres o más semanas, estarás más cerca de incorporarlo como una rutina nueva y, por lo tanto, tendrás la experiencia de cómo sería si continuaras.
Los resultados que cualquier persona quiere obtener implican cambios y transformaciones en su comportamiento habitual. Muchas veces se expresa verbalmente un anhelo, deseo o meta, lo que no significa que esté seguido de los pasos necesarios para alcanzarla. Para lograrlo es necesario cambiar hábitos por aquellos que te acerquen al resultado, y no te alejen.
En su libro “El poder de los hábitos”, el autor Charles Duhigg comparte su visión acerca de la dinámica que es posible seguir para adquirir la proactividad adecuada.
Los tres momentos fundamentales son:
Cualquier aspecto de la vida que desees encauzar en forma más proactiva, necesita un cambio de hábitos. Por ejemplo, asumir más responsabilidad en el trabajo, hacer una dieta, aprender algo nuevo, iniciar un programa de ejercicio físico o leer más.
Para modificarlos es necesario trabajar internamente en las creencias y paradigmas que suelen limitar a las personas para alcanzar eso que anhelan y desean; vencer la inercia de la respuesta automática, y redirigir el esfuerzo, la atención y en enfoque hacia lo nuevo, que conducirá a una nueva experiencia de vida que se aproxime más al resultado.
Hay muchas formas de lograrlo, que no se basan solamente en la voluntad, ya que el ser humano tiende a decaer si no ve el resultado medianamente rápido. Sin embargo, una de las claves es la persistencia, combinada con la fortaleza interna para perseverar una y otra vez; y el premio que se recibirá al final.
En base a las ideas anteriores, un camino práctico para iniciar un cambio de hábitos es:
De esta forma podrás empezar a cambiar hábitos que resultan nocivos o que ya no necesitas sostener en tu vida, e incorporar otros que te conduzcan en forma directa al resultado que quieres.
* Daniel Colombo es facilitador y Máster Coach Ejecutivo especializado en alta gerencia, profesionales y equipos
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