La libido suele asociarse únicamente al deseo sexual, pero en realidad abarca mucho más. Es una energía vital que impulsa la atracción, el placer y las ganas de conectar. Desde lo biológico, está regulada por hormonas como la testosterona, los estrógenos y la dopamina, que actúan sobre el sistema nervioso para despertar el interés sexual y la sensación de disfrute.
Sin embargo, reducirla solo a lo hormonal sería quedarse con una parte mínima del cuadro. La libido también depende del estado emocional, del nivel de estrés, la autoestima, el descanso y los vínculos afectivos. Incluso de la alimentación y del modo en que cada persona transita su vida cotidiana.
“La salud y la calidad de la vida sexual se relacionan con las emociones, las hormonas, la circulación, la fuerza muscular y, sobre todo, con los hábitos cotidianos, como la alimentación, el ejercicio y la manera de enfrentar las situaciones del día a día”, explica el médico nutriólogo Nataniel Viuniski, asesor sobre la Obesidad para el Ministerio de Educación y Salud de Brasil.
En otras palabras, el deseo no surge de forma aislada: necesita de un cuerpo cuidado y de una mente equilibrada. El estrés crónico, la mala alimentación y la falta de descanso pueden disminuirlo, mientras que un estilo de vida saludable ayuda a mantenerlo activo.
Prácticas como la meditación, la respiración consciente y el mindfulness reducen el estrés y aumentan la conciencia corporal. Un estudio de la University of British Columbia demostró que los programas de mindfulness enfocados en la sexualidad ayudaron a muchas mujeres a recuperar la excitación y la satisfacción.
Entre las alternativas naturales que podrían contribuir al bienestar sexual, un estudio de la Universidad de Texas analizó los efectos de la sandía. Su contenido de citrulina, un compuesto que ayuda a relajar y dilatar los vasos sanguíneos, generaría un efecto similar —aunque más leve— al del viagra, favoreciendo la circulación y el deseo.
El nutricionista Manuel Moñino, presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas y Nutricionistas de España, aclaró que los resultados se lograron con dosis muy altas de extracto de sandía, imposibles de alcanzar con el consumo habitual. “La mayor concentración de citrulina está en la cáscara, que generalmente se desaprovecha, aunque contiene fibra, antioxidantes y propiedades hidratantes”, señaló.
Por eso, aunque no exista una fruta milagrosa, incorporar alimentos frescos, coloridos y naturales sigue siendo una de las formas más efectivas de cuidar la energía, la circulación y, con ello, la libido.
La libido no se limita al deseo sexual. Es una expresión del equilibrio entre cuerpo y mente, del bienestar físico y emocional. Cuidar la alimentación, moverse, dormir bien y mantener vínculos saludables son los pilares que sostienen esa energía vital.
Como resume Viuniski: “Así como cuidamos el cuerpo, también necesitamos cuidar la mente. Una rutina que incluya descanso, ocio y autocuidado es clave para mantener la salud sexual”.
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