 
							Las mascotas pueden sufrir problemas de salud y conducta cuando no reciben la estimulación adecuada. Veterinarios y expertos en comportamiento animal advierten que el aburrimiento afecta a perros, gatos, aves y otros animales de compañía, generando estrés, ansiedad y enfermedades. Este fenómeno no solo perjudica el bienestar de los animales, sino que también modifica la convivencia familiar y debilita el vínculo entre las mascotas y sus dueños.

Los signos de aburrimiento varían según la especie. En los perros, las señales incluyen conductas destructivas, como morder muebles, cavar o perseguir su cola. También pueden ladrar en exceso, intentar escapar o buscar atención constante. Antje Beth-Joslin, veterinaria consultora de Dogtopia, explica que estos comportamientos reflejan una necesidad de estimulación que no se satisface.
Los gatos manifiestan el aburrimiento de manera más agresiva: arañan muebles, se arrancan el pelo o lamen una zona en particular. Además, pueden orinar o defecar fuera de su caja de arena y mostrar agresividad. Beth-Joslin añade que el sueño excesivo también puede ser un indicio, aunque los gatos suelen dormir entre 12 y 16 horas al día.
Las aves, como los loros, son especialmente sensibles al aburrimiento debido a su alta inteligencia. Los síntomas incluyen arrancarse las plumas, gritar intensamente y repetir movimientos, como balancearse o caminar en círculos. Erin Tate, vicepresidenta de desarrollo clínico en CityVet, advierte que la falta de enriquecimiento ambiental puede llevar a comportamientos agresivos.
Incluso animales pequeños, como conejos, hámsteres, peces y reptiles, requieren estimulación adecuada. Un acuario sin elementos interactivos, por ejemplo, puede generar letargo o estrés en los peces.
Los expertos recomiendan estrategias para evitar el aburrimiento en las mascotas:
Para gatos:
Para perros:
Aves y pequeños mamíferos:
Los dueños deben comprometerse a dedicar tiempo diario a sus mascotas. Tate sugiere dos o tres sesiones breves de juego al día para gatos, mientras que los perros adultos necesitan entre 30 minutos y dos horas de actividad, según su raza, edad y estado de salud.
McGowan enfatiza que el enriquecimiento ambiental no se limita a objetos decorativos, sino que debe incluir actividades, sonidos y aromas con los que el animal interactúe. La interacción humana también es clave: hablar, jugar y explorar nuevos entornos con las mascotas fortalece su salud emocional y el vínculo afectivo con sus cuidadores.
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