La vuelta al trabajo suele ser difícil, principalmente porque implica retomar la rutina y horarios habituales del año. Sin embargo, esto a veces puede resultar, en casos extremos, en un trastorno llamado ergofobia.
Las causas pueden ser la rigidez del espacio laboral, así como un ámbito estresante, que generan una sensación de pérdida de libertad así como estrés generalizado.
"Ergon", que significa trabajo en griego y "Phobos", que significa miedo, componen la palabra que representa el miedo persistente y excesivo al trabajo. La ergofobia puede reflejarse en ataques de pánico, insomnio, dolores de cabeza y problemas gastrointestinales, y provoca un rendimiento negativo en el trabajo.
Además, puede tensar y afectar las relaciones interpersonales, lo cual puede derivar en un aislamiento social, una conducta solitaria, y menos trabajo en equipo.
Para evitar la ergofobia, se puede pasar a la acción y tomar diferentes medidas como:
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