Javier Iguacel tuvo su primera relación con la política en 2014. Era vicepresidente de Pluspetrol cuando, desde Venezuela, aportó a la fundación Pensar del PRO. En 2016, durante la gestión de Mauricio Macri, fue director de Vialidad Nacional e inició la causa por corrupción en la obra pública santacruceña que terminó con Cristina Fernández de Kirchner, condenada.
“Fui un halcón 'veloz y valiente' de Juntos por el Cambio, pero voy a apoyar a Javier Milei”, dijo 24 horas después de que Patricia Bullrich quedó afuera del ballotage que el economista libertario y Sergio Massa disputaron en 2023.
El ingeniero en petróleo, egresado del instituto privado ITBA, se reivindica como un outsider de la política. Fue titular de Vialidad Nacional, por cuya función fue procesado y luego absuelto por la justicia federal por la extensión automática de contratos a concesionarios de autopistas relacionados directamente con la familia Macri, que firmó también el ex ministro de Transporte Guillermo Dietrich.
Luego, Macri lo nombró ministro de Energía y Minería entre junio y septiembre de 2018.
Entre 2019 y 2023, fue intendente en Capitán Sarmiento, su pueblo natal de 20.000 habitantes. Allí gestionó con un alto perfil mediático.
Iguacel se peleó con el gobernador bonaerense Axel Kicillof y amenazó con cortar rutas para que habiliten las clases en medio de la cuarentena por el Covid. Después rompió la exclusividad de IOMA con el plantel de trabajadores municipales, bajó las tasas del distrito y logró construir su sucesión política: la actual intendenta Fernanda Astorino Hurtado, quien ganó por Juntos por el Cambio, pero ya milita en La Libertad Avanza.
A raíz de su paso por la gestión municipal, se presentó como precandidato a gobernador de la provincia de Buenos Aies por el bulrichismo, pero perdió la pulseada con Néstor Grindetti.
En su regreso al sector privado, en junio 2024, con Milei presidente, armó la Unión Transitoria de Empresas (UTE) petrolera Bentia Energy, con la que a pocos meses de ser fundada con un capital social de 30 millones de pesos ganó la licitación para operar dos conjuntos de yacimientos maduros de Neuquén.
Son las explotaciones que dejó la petrolera estatal YPF, a través del Proyecto Andes. Especial para un halcón como Iguacel: "Las acusaciones sobre favoritismo son infundadas. Mi experiencia en el sector petrolero y el proceso de licitación que lideró el Banco Santander con 30 ofertas es lo que me trajo aquí", dijo a la prensa.
Bentia Energy, que es el acrónimo de Bendita Tierra, ganó la licitación a los pocos meses de formarse. Presentó un plan de inversiones por u$s 45 millones para hacer recuperación secundaria y terciaria de estos pozos viejos, entre los que está el primer reservorio de petróleo que se descubrió en la localidad de Plaza Huincul.
En febrero pasado, la empresa también recibió un plan de crédito fiscal para pymes del Ministerio de Economía, a cargo de Toto Caputo, para capacitación.
Iguacel tiene de socio en Bentia al marplatense Lucas Logaldo, quien lo acompañó en la gestión de Vialidad Nacional y Energía. Fue quien, de algún modo, lo identificó como un posible candidato a intendente en el amanecer de Cambiemos.
El otro socio es Lisandro Garmendia, directivo de la empresa TB Cargo, con vasta experiencia en logística de hidrocarburos.
La restante pata societaria es la empresa SIMA, que lidera Diego Manfio, y ofrece servicios de mantenimiento e infraestructura para yacimientos.
Como el propio Iguacel definió, la recuperación secundaria y terciaria de los yacimientos sólo se puede concretar recortando gastos y siendo muy prolijo en la administración de recursos económicos.
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