José Abud, es parte del staff de Cirugía Cardiovascular y Jefe del Departamento de Cirugía del Hospital Universitario de la Fundación Favaloro. Tiene una importante trayectoria como médico, y en su especialidad de cirujano cardiovascular. Ha cimentado una gran relación con el doctor René Favaloro, fallecido en el año 2000. También fue reconocido como Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Pergamino.
¿Cómo surgió el interés y deseo de estudiar medicina y desarrollarse en la especialidad en cirugía general, y cirugía cardiovascular?
El interés por la medicina surgió en los últimos años del colegio secundario, cursado en el Ex -Nacional, hoy Escuela de Educación Media Nº 5. En cuarto año cursamos Anatomía del Sistema Nervioso con el doctor Marcelo Ruiz López, docente que volví a tener en quinto año, con la materia Higiene y Puericultura.
Lo recuerdo claramente, alternando lo específico de las clases, con anécdotas del ejercicio de su profesión, de una manera muy didáctica y entretenida.
Creo que, con su estilo y presencia, fue el principal inspirador para decidirme a ser médico.
Durante mi entrenamiento como Médico Interno (rotación por especialidades básicas y guardias generales) conocí, entre otras cosas, los principios de la Cirugía. Los maestros que trabajaban en el Hospital de Granadero Baigorria (Rosario) hicieron que me entusiasmara mucho con esa disciplina, a punto tal, que casi dejo de lado lo que hasta ese momento, me gustaba como especialidad: la cardiología clínica.
Siguiendo las sugerencias de un compañero de formación, y teniendo en cuenta que la Cirugía Cardiovascular podría aunar las dos preferencias, fue que me decidí finalmente a seguir ese rumbo.
En esa época, pedí consejo a mí entonces Jefe de Guardia de Cirugía del Hospital, sugiriéndome que primero haga una residencia completa en Cirugía General, para después encarar la subespecialidad en Cardiovascular, en un buen centro. Me esperaba un camino muy largo, y así fue.
Ingrese al Hospital Centenario de Rosario en 1986, como Residente de Cirugía General, completando mi formación en Abril de 1990, como Jefe de Residentes.
A partir de allí, lo más difícil estaba por venir, después de dudarlo, porque se hizo muy largo en el tiempo, debía decidir: abandonar el gentil ofrecimiento que me hicieron mis amigos María Angélica Cantore y Hugo Cavallone, para compartir su consultorio en Pergamino; también desestimar la ayuda de Carlos Tittaferrante, Horacio Martínez Couto y otros colegas muy generosos, para incorporarme paulatinamente a la actividad quirúrgica Pergaminense; y de esa forma decidir empezar de cero.
De nuevo, por consejo de quien fue mi gran maestro y ejemplo en Rosario, el profesor Juan J. Boretti, decido concursar por un cargo en el Sanatorio Guemes de Buenos Aires, para realizar la especialidad en Cirugía Cardiovascular, en el servicio a cargo del doctor René G. Favaloro, aquel deseo tan anhelado, un sueño para mí.
Comencé en Mayo de 1991, terminé esta etapa en 1995 otra vez como Jefe de Residentes, ya en la Fundación Favaloro, a partir de ahí, hasta la fecha, fui desempeñando distintos roles dentro de la institución.
Hoy continúo actuando como Staff de Cirugía Cardiovascular y Jefe del Departamento de Cirugía del Hospital Universitario de la Fundación Favaloro.
¿Cómo fue la experiencia de incorporarse al equipo de René Favaloro?
La experiencia de incorporarse al equipo de René Favaloro fue algo único que es muy difícil de describir con palabras. Llegaba a la Meca de la Cirugía Cardiovascular en nuestro país, sin saber si me encontraba verdaderamente capacitado, para incorporarme a un servicio con tanta historia y calidad. Tomar confianza y sentirme seguro me demando un tiempo, una vez aclimatado puedo decir que me sentí muy bien, como pez en el agua; en términos médicos, había llegado a donde siempre quise estar.
¿Cómo era la relación con René Favaloro?
De entrada, mi relación con Favaloro fue muy fluida, a pesar de ser un recién llegado a su servicio, siempre tuvo conmigo un trato cordial, cercano y de gran generosidad. No escatimaba información acerca de técnicas quirúrgicas o estrategias a seguir con sus pacientes, siempre estaba dispuesto si se las pedían, y en mi caso, demostraba un gran interés en saber cómo iba mi adaptación a la especialidad.
El vínculo fue creciendo en lo personal y profesional hasta que, en 1994 como Jefe de Residentes, asumo el rol de asistente del doctor en todos sus casos quirúrgicos. En noviembre de 1997 me nombra staff de su Servicio y, a partir de allí, sumo a mi rol de asistente el de cirujano de mis propios casos. Con gran honor y responsabilidad lo acompañé en su actividad académica, en varios viajes por congresos nacionales e internacionales y, en quirófano, hasta el día previo a su fallecimiento, el 29 de Julio de 2000.
¿Qué implica ser cirujano cardiovascular?
Ser Cirujano Cardiovascular implica ser un médico profundamente comprometido con una actividad muy demandante, intensa y apasionante. A mi juicio, la más hermosa y asombrosa de las especialidades médicas. Aunque parezca mentira, a más de treinta años de mis comienzos en esta disciplina, no dejo de sorprenderme cuando detenemos el corazón, para efectuar algún procedimiento, y al finalizarlo, este retoma su ritmo y contractilidad habitual. Absolutamente impresionante.
¿Cómo vivió el reconocimiento de Pergamino destacado Ciudadano Ilustre?
El reconocimiento como Ciudadano Ilustre de Pergamino fue, para mí y mi familia, algo muy pero muy emocionante. Desde el momento en que me enteré de la nominación hasta el día de hoy inclusive, sigo pensando si yo verdaderamente poseo los méritos para semejante premio. Creo que algo de eso exprese el mismo día del otorgamiento en la Municipalidad. De cualquier modo, reconozco que me sentí y siento halagado por haber sido considerado para tamaña distinción. Que autoridades y vecinos de tu ciudad de origen te reconozcan, y destaquen por tus méritos es algo maravilloso. Me gusta hacer referencia y compartir ese halago, cada vez que tengo oportunidad, con familia y amigos que, por suerte, conservo muchos en la ciudad.
¿Cuál ha sido el aporte de la aparición del stent, y estadísticamente cuántas muertes se han evitado a partir de su implementación?
El stent es un dispositivo que fue desarrollado para disminuir la frecuencia de las llamadas reestenosis en las angioplastias. Es decir, que las dilataciones vuelvan a cerrarse. Se implanta en el segmento de arteria que previamente se dilato con un catéter balón. Desde su introducción por el médico argentino Julio Palmaz (a fines de los ochenta), el desarrollo y perfeccionamiento de estos dispositivos ha sido notable. Hoy en día forman parte del arsenal terapéutico del cardiólogo intervencionista y representa unos de los avances más importantes, en la práctica diaria, para el tratamiento de las lesiones estenosantes de todas las arterias de la economía, de todo el cuerpo, principalmente las coronarias.
¿Qué es una arritmia y cómo se detiene?
Una arritmia es un cambio patológico en la normal secuencia contráctil del corazón. Con dos aurículas y dos ventrículos, este se contrae en forma secuencial: primero las aurículas seguidas por los ventrículos en promedio 70-80 veces por minuto. Cualquier cambio a esa regla implica una arritmia o falla en el ritmo.
De ese modo, una frecuencia demasiado baja, o una demasiado alta, o un ritmo irregular, resultan por definición, arritmias.
Los tratamientos apuntan fundamentalmente a corregir las causas que las producen, por lo tanto pueden ser mitigadas por medicamentos específicos, marcapasos implantables, o más sofisticados procedimientos por cateterismo (vg: ablaciones por radiofrecuencia)
Este capítulo de la cardiología es terreno de la electrocardiología o electrofisiología, de avances muy significativos en el estudio y tratamiento de las arritmias, desde las más simples a las más complejas.
Los lazos afectivos para el médico han sido muy importantes a lo largo de su trayectoria profesional. “No habría sido posible seguir este derrotero sin el apoyo de mi familia, amigos y colegas: ese soporte resulta indispensable y determinante, particularmente en una actividad tan intensa y exigente como ya describí. Me siento muy agradecido a mi esposa Roxana, a mi hija Irina, muchas gracias a mamá Eitel, hermana Alejandra y sobrino Alek, pergaminenses de alma, a mis amigos de primaria y secundaria con quienes estoy en contacto por redes, muchas gracias a los colegas que siempre apoyaron y respetaron mi carrera”.
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