Un estudio reciente de la Universidad de Illinois arrojó luz sobre este complejo fenómeno. Los investigadores analizaron los mecanismos cerebrales que intervienen en el proceso de superar una relación amorosa.
El cerebro humano requiere tiempo considerable para procesar la finalización de una relación. Los científicos descubrieron que el desapego emocional sigue un patrón específico. La investigación reveló datos sorprendentes sobre la duración de este proceso. Los resultados del estudio proporcionan información valiosa para comprender mejor las dinámicas emocionales posteriores a una ruptura.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Illinois llevó a cabo un estudio exhaustivo sobre el desapego emocional. El trabajo analizó a 328 adultos que experimentaron relaciones largas de al menos dos años de duración. Los participantes se separaron de sus parejas aproximadamente cinco años antes del estudio. Los científicos midieron los niveles de apego emocional residual hacia sus ex parejas.
Los resultados demostraron que el proceso de desapego sigue una curva específica. El punto medio de distanciamiento emocional se alcanza alrededor de los cuatro años posteriores a la ruptura. Sin embargo, el cerebro humano requiere aproximadamente ocho años para completar el proceso de desapego. Este hallazgo sorprendió a los investigadores por su duración prolongada.
El estudio identificó factores que influyen en la duración del proceso de desapego. El contacto frecuente con la ex pareja y el estilo de apego ansioso alargan significativamente el período de recuperación emocional. Curiosamente, la investigación reveló que tener hijos en común puede acelerar el proceso de desapego una vez superada la fase inicial. Las redes sociales y la convivencia en espacios compartidos también dificultan la desconexión emocional.
Los investigadores descubrieron que la exposición constante a la ex pareja, incluso sin contacto directo, mantiene activo el vínculo emocional. Este fenómeno resulta particularmente evidente en personas jóvenes que continúan interactuando con sus ex parejas en ámbitos cotidianos. La ciencia demostró que el cerebro necesita tiempo y espacio para completar el proceso de desapego.
El estudio también proporcionó estrategias para facilitar el proceso de recuperación emocional. Los científicos recomendaron validar el dolor como primer paso fundamental. El contacto cero con la ex pareja demostró ser efectivo para debilitar el apego. Evitar la idealización de la relación pasada ayuda a mantener una perspectiva realista. El ejercicio físico activa circuitos cerebrales que alivian el estrés y mejoran el bienestar emocional. Establecer nuevos vínculos sociales, sin prisas, contribuye positivamente al proceso de recuperación.
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