El abogado y profesor de derecho, Julián Portela, un verdadero estudioso de la Constitución provincial, propone echar mano a una “consulta popular no vinculante” que permita “blindar” el debate provincial para las elecciones legislativas de septiembre.
Portela abordó así las dificultades que se vienen planteando a la hora de separar los grandes temas nacionales de los siempre postergados problemas específicos de la Provincia de Buenos Aires a la hora de elegir representantes. Y aprovechar para ello el desdoblamiento de los comicios de este año.
Me entusiasma como bonaerense y como observador de la realidad provincial. Es una oportunidad excepcional, porque hace décadas que no tenemos elecciones separadas y tendríamos la chance de que no se nacionalice la agenda electoral. Históricamente, nuestras elecciones provinciales estuvieron copadas por lo nacional, y eso incluso afecta a las elecciones locales. Espero que esta vez no se nacionalice.
Históricamente tenemos ese dilema: nuestras figuras más representativas son nacionales. No hay senador ni diputado nacional que encabece listas —y menos aún un gobernador— que no tenga aspiraciones nacionales, fundamentalmente por el caudal de votos que implica ganar la elección en la provincia. El gran desafío va a ser blindar esa agenda bonaerense, y para eso hay algunas herramientas que habría que tener en cuenta.
Yo dirijo un seminario que intenta funcionar como una especie de think tank o centro crítico de la realidad institucional bonaerense. Desde ahí consideramos que hay una deuda muy grande en nuestra Constitución provincial, que fue dictada a partir de la reforma nacional del ‘94. Adolece de varios defectos: la falta de autonomía de los municipios, entre otros temas de fondo que no logramos imponer porque vivimos detrás de una agenda nacional.
Una forma de provincializar y blindar esa provincialización en las elecciones del 7 de septiembre es aprovechar esa misma instancia, sin mayores costos, para hacer una consulta popular no vinculante sobre una reforma constitucional con estos temas pendientes.
La provincia de Buenos Aires tiene una doble vía para reformar su Constitución: una es mediante una convención constituyente y otra —como se intentó en los ‘90— con una mayoría calificada en la Legislatura, y después plebiscitando por sí o por no a la ciudadanía. Por los tiempos —faltan tres meses para las elecciones— se podría hacer.
El gobernador, mediante un decreto simple, puede convocar a una consulta no vinculante. La puede firmar él solo y poner en consideración tres o cuatro tópicos para que la ciudadanía diga si está de acuerdo en que se discutan o no. Por ejemplo: autonomía municipal, reclamo de fondos coparticipables a la Nación —que es un tema central—. Hacer un planteo formal de ese tipo en el texto constitucional, dejando sentada la intención de recuperar lo que nos falta, lo pone por encima de la coyuntura política y lo ordena como un plan de acción.
Una boleta, voluntaria, por sí o por no, al lado de las de los candidatos seccionales y municipales, a favor de que se reformen cuatro, cinco o seis temas de la Constitución. Es una especie de consulta pública que, económicamente, no significa mucho. Tenemos siempre un tema con los costos, pero en democracia se debería pensar en términos de inversión. Y en este caso es por un tema genuino: saber si el bonaerense ve o no la necesidad de resolver esto.
Sería no vinculante, pero generaría una presión política. El gobernador podría llamar a una convención constituyente o impulsar un proyecto que salga con mayoría calificada para tratar esos temas. Si se aprobara, luego habría que plebiscitarlo en la próxima elección. Lo que habría ahora es un mandato no obligatorio, una sugerencia explícita de que se tome este tema.
Y además, lograrías provincializar la elección, que se hablen de temas bonaerenses. Estás recogiendo energía política para ir a una reforma constitucional que es necesaria. Nuestra Constitución provincial es una de las más desfasadas. Tiene mucha retórica y demasiada letra muerta. Necesita herramientas para descentralizar las formas de gobierno, en autonomía y en participación. Se puede hacer, es necesario y tenemos la oportunidad.
Claro. No habría que pensar en temas de reelección y afines, incluso se podría poner como tema excluyente. Lo primero que habría que hacer es excluir algunos temas, por ejemplo la reelección. Decir: “Me quiero ir dejando una provincia ordenada”, y que el foco esté puesto en tres o cuatro temas grandes.
Si todavía no recibís las noticias de PRIMERA PLANA en tu celular, hacé click en el siguiente enlace https://bit.ly/3ndYMzJ y pasarás a formar parte de nuestra base de datos para estar informado con todo lo que pasa en la ciudad y la región.
