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    29 de Mayo de 2025
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La manera en la que hay que respirar para bajar el estrés muy rápido, según un neurocientífico de Stanford

Inspirar y expirar correctamente son las claves para controlar la ansiedad.

El estrés es una respuesta natural del cuerpo a un desafío o exigencia que puede ser física o mental. Si bien en pequeñas dosis puede ser útil, como cuando nos ayuda a evitar un peligro, su presencia crónica puede afectar nuestra salud física y mental.

Muchas veces buscamos diferentes técnicas que nos permitan controlar o bajar el estrés y existen varias, pero el neurocientífico estadounidense Andrew Huberman, que además es profesor de la Universidad de Stanford, revela que hay una que es infalible.

La respiración debe hacerse en un lugar tranquilo. (Foto: Adobe Stock)

El especialista explicó qué es lo que hay que hacer: “Una doble inhalación seguida de una exhalación larga pueden bajar el nivel de estrés muy, muy rápido”, expresó Huberman, quien dijo que este es el patrón de respiración natural y añadió: “Todos lo hacemos de forma automática durante el sueño profundo cuando el dióxido de carbono en sangre es demasiado alto”.

Cuándo se puede aplicar este método

El científico dijo que el método se puede aplicar en cualquier situación o lugar y señaló que se trata de inhalar y justo al final colar un poco más de aire, como un pequeño segundo suspiro, mientras que después, se suelta todo el aire en una larga exhalación.

El experto recomienda inhalar con la nariz y dijo que la clave está también en la velocidad. “Inhalar acelera el corazón; exhalar lo ralentiza. Por eso, si alargamos la exhalación, estamos calmando nuestro sistema nervioso”, indicó Huberman.

Además, según su experiencia, es muy efectivo y hacen falta pocas series para lograr el objetivo. El experto manifestó que uno, dos o tres suspiros fisiológicos son suficientes para notar una disminución significativa del estrés.

Cuáles son los síntomas del estrés

Los síntomas de estrés pueden ser físicos, emocionales y conductuales. Físicamente, puede manifestarse como dolor de cabeza, tensión muscular, problemas digestivos, fatiga y cambios en el ritmo cardíaco, mientras que emocionalmente, puede incluir irritabilidad, ansiedad, miedo, tristeza y dificultad para concentrarse y conductualmente como cambios en el sueño, el apetito, o en la forma de interactuar con los demás.

Síntomas físicos del estrés:

  • Dolor de cabeza.
  • Tensión muscular.
  • Problemas digestivos. Diarrea, estreñimiento, malestar estomacal pueden ser desencadenados por el estrés.
  • Fatiga. El estrés puede causar cansancio y falta de energía, tanto física como mental.
  • Cambios en el ritmo cardíaco. El estrés puede aumentar la frecuencia.
  • Cambios en la presión arterial. El estrés prolongado puede contribuir a la hipertensión.
  • Dificultad para dormir. Puede dificultar el sueño, causando insomnio o alterando la calidad del sueño.

Síntomas emocionales:

  • Irritabilidad. El estrés puede hacer que una persona sea más sensible y se enoje fácilmente.
  • Ansiedad. Sensaciones de preocupación, nerviosismo o miedo pueden ser comunes.
  • Miedo. Puede generar una sensación de peligro o amenaza.
  • Tristeza. Puede afectar el estado de ánimo, causando depresión.
  • Dificultad para concentrarse. Puede dificultar la memoria.
  • Cambios en el estado de ánimo. Puede generar saltos bruscos, como mayor sensibilidad o propensión a la tristeza.

Síntomas conductuales:

  • Cambios en el apetito. El estrés puede hacer que una persona coma en exceso o pierda el hambre.
  • Cambios en el sueño.
  • Cambios en la forma de interactuar con los demás. Retiro social, irritabilidad o agresividad.
  • Comportamientos de evitación. El estrés puede llevar a evitar situaciones que generan ansiedad o preocupación.

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