Un estudio reveló que tomar siestas puede ayudar a aumentar el tamaño del cerebro. Un cerebro más grande implica generalmente a una mayor cantidad de neuronas, células fundamentales para procesar la información. Más neuronas significa una mayor capacidad para formar conexiones, lo que a su vez se relaciona con una mayor complejidad cognitiva.
Esta investigación fue publicada en Sleep Health, y generó gran controversia debido a sus afirmaciones. Las personas analizadas tenían entre 40 y 69 años, y se descubrió que aquellos que suelen tomar siestas presentan un cerebro más voluminoso.
El equipo llegó a la conclusión de que la diferencia promedio en el volumen cerebral entre quienes duermen la siesta y quienes no lo hacen podría equivaler a hasta 6,5 años de envejecimiento.
Este descubrimiento sugiere que dormir la siesta podría ser una forma sencilla y efectiva para mantener un cerebro sano y activo a medida que nos volvemos más grandes.
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