La seguridad pública es un problema cada vez más grave y complejo. Y cada vez con mayor asiduidad se transforma en un concierto de debates estériles, en los que prima un patrón: la ideologización de la seguridad, enmarcada en concepciones sobre izquierdas y derechas.
Tanto en el debate político, como en la opinión pública, se suele pensar a la seguridad desde el nivel táctico. Es decir, una comisaría más o un policía desplegado en la esquina de un barrio y su equipamiento: si esta apostado con una pistola Taser, una 9 milímetros o un fusil. Si bien esto es importante, las políticas públicas de seguridad son y deben ser mucho más que eso.
En Pergamino, como en cualquier otro distrito, la responsabilidad principal de la política de seguridad recae en el Gobierno bonaerense, pero la falta de coordinación entre la Provincia y el Municipio genera un escenario desordenado donde el delito avanza más rápido que las respuestas del Estado.
La sensación es que las fuerzas de seguridad se ven desbordadas por el crecimiento del crimen organizado -donde la comercialización de estupefacientes crece sin freno-, mientras que la relación Municipio-Provincia, en lugar de ser de cooperación, muchas veces se entorpece debido a las diferencias políticas. Esto deja a los pergaminenses en una situación extremadamente delicada.
Desde hace décadas el Estado Municipal busca desarrollar iniciativas propias, como patrullas urbanas y sistemas de video vigilancia, pero nunca alcanza. Porque el resultado es un sistema fragmentado, donde las distintas instancias del Estado operan de manera descoordinada y muchas veces en conflicto.
Ahora, a través del Fondo de Fortalecimiento de la Seguridad, la Municipalidad recibirá de parte de la Provincia 560 millones de pesos. El primer desembolso ya se efectivizó y fue de 224 millones. El segundo, previsto para fines del mes próximo, será de 168 millones. ¿En qué se invertirán? ¿Se elaboró un plan? ¿Se usarán esos recursos íntegramente para el área de seguridad?
Es determinante aprovechar ese dinero con criterio y sentido común. El Gobierno Municipal es el actor preventivo por excelencia. Es el único que puede articular las medidas orientadas a mejorar la calidad de vida urbana con aquellas directamente vinculadas con la criminalidad.
¿Por qué Pergamino no cuenta con Foros de Seguridad? No es acaso el vecino el actor social que puede integrarse en espacios de participación, organizados y de esa manera participar de manera activa en la construcción de diagnósticos. ¿Existe un mapa del delito? ¿Funcionan todas las cámaras de seguridad? ¿Qué porcentaje están operativas? ¿El personal es idóneo? ¿Porque no se diagrama y ejecuta un Plan Estratégico de Seguridad?
La seguridad debe convertirse en una política de Estado con continuidad a lo largo del tiempo, sin importar quién esté en el Gobierno o qué color político predomine. Ya no queda más tiempo.
*El autor es periodista
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