Los domingos por la tarde suelen traer una sensación de malestar o inquietud que muchas personas identifican fácilmente. No es sólo cansancio: aparece una mezcla de ansiedad, tensión y falta de energía que anticipa el inicio de la semana laboral o académica.

En Estados Unidos le dicen Sunday Scaries (miedos del domingo), y describe esa sensación de agobio que aparece durante la tarde-noche del domingo, cuando el descanso está por terminar y se acerca el comienzo de una nueva semana.
Aunque puede presentarse en otros días (dependiendo del ritmo laboral o académico de cada persona), suele estar asociada al día de descanso. Las emociones van desde la incertidumbre hasta la ansiedad por tareas pendientes, fechas importantes o entregas que se aproximan.
El bajón de domingo puede venir acompañado no solo de pensamientos negativos, sino también de síntomas físicos: palpitaciones, dolor de cabeza, malestar estomacal o dificultad para dormir. Esta sensación puede reflejar un desequilibrio entre la vida personal y laboral. De hecho, se considera un síntoma temprano del llamado burnout, o síndrome del quemado.
Las causas más comunes incluyen:
Ambientes laborales tóxicos, donde el multitasking y las jornadas extensas son la norma
Hiperproductividad autoimpuesta, que muchas veces convive con el “síndrome del impostor”
Acumulación de tareas postergadas, que se hacen presentes al anticipar la semana
Condiciones de base, como ansiedad o depresión, que pueden intensificar los síntomas
Un alto porcentaje de la población atraviesa episodios similares en algún momento de su vida, especialmente quienes trabajan en entornos exigentes o presentan rasgos de perfeccionismo y anticipación constante. Otros de los síntomas más comunes incluyen tensión muscular, sudoración y dificultad para concentrarse, además de una sensación persistente de que el descanso del fin de semana nunca alcanza.
Según la psicología, el conocido “bajón del domingo” tiene un impacto directo en el rendimiento laboral o académico, en la convivencia familiar y en la motivación diaria. Cuando este ciclo se repite semana tras semana, puede derivar en un agotamiento emocional progresivo y una disminución de la satisfacción general con la vida cotidiana, afectando la capacidad real de desconectarse y descansar.
La sobreexigencia y la hiperconectividad también influyen, al dificultar los momentos de descanso real y desconexión mental.
La mayoría de los tips para sobrevivir a los domingos se apoyan en desconectar de lo que te produce esa sensación de malestar antes y durante:
Dedicá el domingo a actividades tranquilas como ver una serie, caminar, sentarte al sol o leer. Esto le permite a tu cuerpo y a tu sistema nervioso reconocer que es momento de descansar.
Al final del día, armá una planificación simple y flexible. Priorizá tareas y repartilas por día. Sumá también actividades placenteras, para que no sientas que solo un día de la semana es "para vos".
Incluí pequeños rituales de bienestar: hacé ejercicio, prepará comida casera, recuperá tu rutina de skin care. El autocuidado no es un lujo, sino una necesidad básica.
La clave está en anticiparte al bajón, identificar las señales de alerta y crear un entorno más amable para tu bienestar emocional. El descanso es parte esencial de un buen desempeño, por lo que los especialistas recomiendan hacer lo posible por tomarse el tiempo necesario, sin culpas ni reproches.
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