Una revisión de evidencia científica muestra que desayunar mejora la energía, regula la glucosa y favorece la concentración a lo largo del día. Además, ayuda a evitar atracones y a mantener un metabolismo más estable.
El debate sobre si el desayuno es “imprescindible” volvió a instalarse en los últimos años, especialmente con la popularidad del ayuno intermitente. Según Mayo Clinic, desayunar aporta beneficios metabólicos, cognitivos y hormonales que se reflejan tanto en el rendimiento físico como mental.
Desde una perspectiva fisiológica, el desayuno rompe un ayuno prolongado de entre 8 y 12 horas, lo que permite restablecer los niveles de glucosa, activar la producción de energía y favorecer la concentración. Y si bien el impacto puede variar según cada persona, las investigaciones siguen mostrando que quienes desayunan tienden a tener mejores hábitos generales, mejor calidad nutricional y menor tendencia a compensar con exceso de comida más adelante.
De acuerdo con las recomendaciones de Mayo Clinic, saltear esta comida puede hacer que el organismo funcione “en baja” durante las primeras horas del día. Esto se debe a que:
Cuando el desayuno incluye hidratos de carbono complejos, proteínas y fibra, la liberación de energía es más estable y permite comenzar el día con mayor claridad mental. Además, desayunar ayuda a regular la insulina y evitar los clásicos “atracones” de media mañana o la tarde.

Los estudios que cita Mayo Clinic también muestran que quienes desayunan suelen tener ingestas calóricas más equilibradas y distribuidas a lo largo del día, en lugar de concentrar el hambre en pocas comidas muy abundantes.
El cerebro necesita un aporte constante de glucosa para funcionar correctamente. Un desayuno equilibrado puede contribuir a:
Además, consumir proteínas y fibra a primera hora ayuda a mantener un nivel sostenido de energía, algo especialmente clave en niños y adolescentes en etapa escolar.
Aunque muchas personas creen que saltarse el desayuno ayuda a “ahorrar calorías”, la evidencia muestra lo contrario: quienes no desayunan suelen llegar con mucha más hambre al almuerzo y optan con mayor frecuencia por opciones más calóricas o rápidas.
Un desayuno balanceado contribuye a:
La institución también señala que los patrones alimentarios regulares, incluyendo un desayuno nutritivo, están asociados a un mejor manejo del peso y menor riesgo de enfermedades metabólicas.
Un desayuno equilibrado debería incluir:
Este tipo de combinación sostiene la energía, protege el metabolismo y mantiene estable la glucosa.
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