Si hay una dificultad al dormir que afecta a muchas personas es el despertarse en mitad de la noche y no poder o demorar en volver a dormir. Pero esto no ocurre a cualquier horario, el despertar es a las tres o cuatro de la mañana, a lo que pueden suceder largas horas de insomnio y rumiación hasta que la alarma anuncia que hay que levantarse y enfrentar el día, sobrellevando un estado de cansancio.
Enrique De Rosa Alabaster, médico psiquiatra, neurólogo, sexólogo y médico legista, expresó en Infobae: “Es muy habitual la consulta o la queja respecto a la dificultad para conciliar el sueño, despertarse temprano o los despertares nocturnos. En este último apartado hay teorías rodeadas de misterio que, sin dejar de ser interesantes, se escapan del campo médico-científico tradicional. Se trata de despertarse a la mitad de la noche y muy habitualmente se menciona una hora específica: alrededor de las 3 AM”.
El doctor Roberto de Arbelaiz (M.N 37.301) del servicio de Neurología del Hospital Alemán, detalló a Infobae que “existen varios factores que regulan el sueño, facilitándolo y manteniéndolo. Pero el estilo de vida, los horarios laborales, responsabilidades familiares, hijos pequeños y factores ambientales son algunos de los que impiden que el sueño ocurra en el momento adecuado o preciso, y que sea reparador”.
Por otro lado, la doctora Stella Maris Valiensi, médica de la sección Trastornos del Sueño del Servicio de Neurología del Hospital Italiano y presidenta de la Asociación Argentina de Medicina del Sueño, explicó a Infobae los efectos del estrés que influyen en las personas las 24 horas del día: “El estrés produce cambios en las hormonas, en los neurotransmisores y en el sueño. Produce que tengamos un sueño fraccionado y despertar precoz. Y, en algunos casos, hace que no podamos dormir”.
También, las pausas respiratorias que acompañan a la apnea obstructiva del sueño podrían ser las culpables de despertarse antes de lo deseado. Si se sospecha que se puede estar sufriendo un trastorno del sueño, lo mejor es consultar a un profesional capacitado.
De acuerdo al doctor De Rosa Alabaster “la apnea del sueño afecta la respiración durante el sueño y se caracteriza por pausas en la respiración debido a la obstrucción de las vías respiratorias o la falta de señales del cerebro para respirar”.
“Otra razón a evaluar es el reflujo gastroesofágico, muy frecuente en la actualidad y a su vez asociado a la apnea de sueño en muchos casos”, completó el psiquiatra.
El mismo experto explicó que en parte esos fenómenos de despertares en mitad de la noche “específicamente entre las 2/3 AM se producen porque hay un ligero pico del cortisol, la hormona del estrés, en ese horario”.
Por otro lado, el doctor De Arbelaiz expresó: “El despertar unos pocos minutos antes no constituye un problema, pero si esto ocurre una o dos horas antes es probable que nos cueste dormir nuevamente, disminuyendo el tiempo total de descanso y la energía suficiente. Dormir menos horas que la necesidad individual, puede provocar cambios psicológicos, de atención, memoria, y físicos, que obliguen a un tratamiento que incluya higiene del sueño, psicoterapia y quizás algunos cambios de hábitos de vida”.
Y añadió: “En cuanto a los estimulantes, si bien hay algunas personas que pueden dormir igualmente tomando un café o mate al final del día, estas infusiones también pueden ocasionar esas fluctuaciones de cortisol superiores a lo esperable en ese horario a mitad de la noche”.
El doctor De Arbelaiz explicó: “El ciclo sueño/vigilia se regula con un ‘reloj interno’ integrado por numerosos centros cerebrales y por la secreción de la melatonina, generada por la glándula pineal. La luz inhibe la secreción de esta hormona; es por ello que la exposición a luz artificial, independientemente de su fuente emisora, entre ellas las pantallas o dispositivos, nos mantiene despiertos”. De ahí la recomendación de abandonar las pantallas una hora antes de irse a dormir.
La doctora Valiensi compartió estas recomendaciones extraídas de su libro “La ruta del sueño”, publicado por Del Hospital Ediciones, del Instituto Universitario del Hospital Italiano de Buenos Aires, para prevenir los trastornos del sueño y mantener una rutina de sueño saludable:
1. Establecer un horario fijo para acostarse y levantarse. Los cambios constantes en los horarios de sueño aumentan la probabilidad de que se generen dificultades graves y crónicas para dormir.
2. Permanecer en la cama el tiempo suficiente. Pasados los 30 minutos de estar en la cama sin poder dormir, se recomienda cambiarse a otro cuarto y hacer otra actividad que requiera poca energía como leer una revista. Cuando vuelva el sueño, regresar al dormitorio. El objetivo es asociar a la cama con quedarse dormido lo antes posible.
3. Evitar la siesta. En casos concretos, se puede permitir una siesta después de comer, de duración no superior a 30 minutos.
4. Evitar realizar en la cama ciertas actividades, tales como ver la televisión, escuchar la radio, comer, hablar por teléfono, discutir. El cerebro necesita asociar el dormitorio y la cama a la actividad de dormir.
5. Realizar ejercicio suave, por ejemplo, pasear durante al menos una hora al día, con luz solar, preferentemente por la tarde y siempre al menos tres horas antes de ir a dormir. Si se realiza ejercicio vigoroso en las 3 o 4 horas previas a la hora de acostarse, el sistema nervioso puede activarse y la sensación de somnolencia perderse.
6. Incorporar cada noche una rutina de acciones que ayuden a prepararse mental y físicamente para irse a la cama. Lavarse los dientes, ponerse el pijama, preparar la ropa del día siguiente e incorporar ejercicios de relajación.
7. Tomar un baño de agua a temperatura corporal tiene un efecto relajante, por lo que es una actividad que favorece el sueño.
8. Evitar bebidas que contienen cafeína, como las bebidas colas y el café; el alcohol y el tabaco, ya que además de dañar la salud, perjudican el sueño.
9. Mantener el dormitorio en una temperatura agradable y unos niveles mínimos de luz y ruido.
10. Procurar no acostarse hasta que hayan pasado dos horas desde la cena. El hambre y las comidas copiosas pueden alterar el sueño. Procurar no tomar líquidos en exceso al final de la tarde y por la noche. Con esto se puede evitar levantarse de la cama para ir al baño.
La doctora destacó que es importante no automedicarse para dormir, evitando el uso de fármacos como benzodiazepinas. En el caso de poseer insomnio prolongado, aconsejó consultar a profesionales expertos en el tema; “la mayoría de los trastornos del sueño son prevenibles y tratables”, concluyó la especialista.
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