Muchas personas que se enferman afirman sentir escalofríos, piel de gallina o la necesidad urgente de taparse con mantas. ¿Por qué ocurre esto? ¿Qué mecanismos del cuerpo están involucrados?
El primer motivo por el cual se puede sentir frío durante un resfrío tiene que ver con la activación del sistema inmunológico. Cuando un virus ingresa al cuerpo, el sistema inmune libera sustancias llamadas citoquinas. Estas moléculas desencadenan una reacción inflamatoria que, entre otras cosas, puede elevar la temperatura corporal generando fiebre.
Paradójicamente, el cuerpo puede comenzar a temblar y sentir frío justo antes de que la fiebre se manifieste. Esto ocurre porque el cerebro, más precisamente el hipotálamo, que regula la temperatura, eleva el “termostato” interno para combatir el virus. Entonces, aunque todavía no tengamos fiebre, el cuerpo interpreta que estamos por debajo de esa nueva temperatura ideal y genera temblores y frío como reacción.
Durante un cuadro viral, la sensación de frío puede manifestarse de distintas maneras:
Este cuadro suele aparecer en las primeras 24 a 48 horas del resfrío y se reduce a medida que el cuerpo estabiliza su temperatura y se fortalece la respuesta inmune.
Para reducir la sensación de frío, se recomienda abrigarse sin exceso, tomar líquidos calientes y evitar los cambios bruscos de temperatura. También es útil descansar lo suficiente, ya que el cuerpo necesita energía para combatir el virus.
Según un artículo del National Institute of Allergy and Infectious Diseases, si la fiebre persiste por más de 72 horas, si hay escalofríos muy intensos o si se acompaña de otros síntomas como dificultad para respirar o dolor de pecho, es fundamental consultar con un médico.
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