“Lo que ocurrió es que aumentó la producción, pero la industria no logró concretar las exportaciones previstas”, explicó el productor Sergio Costantino en diálogo con Chacra Agro Continental.
Según señaló, la ausencia de un tipo de cambio competitivo y la abundancia de producción en otros países dejaron a la Argentina fuera de los principales destinos internacionales.
Esto obligó a que gran parte de la papa destinada a la industria terminara en el mercado fresco local, lo que provocó un fuerte desbalance entre la oferta y la demanda.
“El consumo aumentó porque estaba barata, pero uno no puede comer el doble: se pasó de unos 40 o 50 kilos por habitante a algo más, pero nunca a 100”, ejemplificó Costantino.
El impacto se refleja en los precios: una bolsa de papa negra se paga actualmente entre 2.000 y 4.000 pesos, mientras que los costos de producción alcanzan los 12.000 dólares por hectárea. “Hoy la papa se vende a un tercio de lo que cuesta producir”, advirtió el productor, subrayando la gravedad de la crisis que atraviesa el sector.
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