María del Huerto es una vecina de nuestra ciudad que desde chica sabía que su vida iba a estar dirigida al pueblo.
Tras unir la salud y la política, ella unió sus conocimientos y vivencias para otorgarles un mejor vivir a los ciudadanos.
En diálogo, nos cuenta cómo fueron sus inicios y cómo fue su evolución. Como también qué es lo que siente tras colaborar continuamente con el bienestar de las personas y qué es lo que espera de las futuras generaciones.
- ¿Cómo es su presente y qué destaca de él?
Actualmente estoy radicada en Pergamino y paso algunos días en CABA ejerciendo a pleno mi profesión de nutricionista, sin dejar de lado mi actividad política territorial; muy cercana a la gente, especialmente a quienes hoy atraviesan momentos muy complejos.
Me hace muy feliz el contacto con mis pacientes y con quienes me vinculo en la actividad política. Siento de ellos un gran reconocimiento, tanto en lo profesional como en lo humano, y, sin duda, es un enorme premio para la vida.
- ¿Cómo fueron sus inicios en el ámbito de la salud y en lo político?
Desde niña me interesé en lo público y en las actividades comunitarias, tras participar en la Cooperativa en Pinzón. Gracias a mi participación en el Movimiento Cooperativo, adquirí experiencia y camino en lo público, como también retornar ese capital humano y social con el que me desarrollé.
Además, cuando finalicé el colegio secundario, me mudé a Buenos Aires para continuar mis estudios en Nutrición en la UBA.
Al final de los 80’ desarrollamos un programa de nutrición, conservación de alimentos y asociativismo en las provincias de Formosa y Misiones, y al palpar las necesidades urgentes me apasioné con la carrera. Con ello completé mi vocación de trabajo junto a la producción de alimentos, su consumo y distribución familiar y la salud.
Realicé prácticas y me especialicé en soporte nutricional por sonda en el Hospital Italiano de Buenos Aires, el Mater Dei, el Hospital Israelita y el Hospital Alvear.
Mi tesis la desarrollé en los servicios de alimentación de La Boca y el Barrio Mugica (conocido como Villa 31 y 31 bis).
- ¿Y cómo fue su evolución en dichos ámbitos?
Siempre continué formándome, profundizando conocimientos y manteniéndome al día con los nuevos descubrimientos. En la pandemia trabajaba como profesional de la salud y realicé un Máster en Nutrición Clínica Médica en la Universidad de Valencia. Esto me permitió agregar a esa relación entre la producción de alimentos, el consumo y la salud, la consideración de la huella genética, que sin dudas tiene consecuencias diferentes para cada uno de nosotros.
La política se alternó con el estudio y mi profesión. El eje de mi gestión se centró en la cercanía con los vecinos. Trabajé con los grupos de Mujeres y Jóvenes de la provincia y, luego, ya radicada de nuevo en Pergamino, me convertí en concejal electa del partido, uno de los cargos más gratos que desempeñé.
Como concejal he dedicado mucho tiempo al trabajo en las comisiones y al seguimiento de la actividad barrial. Había una gran presencia del Estado municipal en los barrios, no sólo en la intervención urbana.
Luego, fui electa diputada. Los cuatro años en la legislatura provincial representaron un desarrollo diferente, ya que allí se toma contacto con las necesidades de la región. En nuestro caso, trabajamos intensamente en lo local y Pergamino recibió obras importantes como resultado de esas gestiones.
Además, con el equipo legislativo implementamos “Tu Proyecto”, un programa donde los vecinos nos acercaban sus ideas y las plasmábamos en propuestas, el ciudadano se convirtió en solución mediante su iniciativa.
En esa época, me reconocieron con “El Parlamentario”, luego de presentar 604 proyectos.
Por otra parte, fui parte de la creación del Colegio de Nutricionistas de la Provincia, integré la Comisión Directiva y fui elegida como miembro del Comité de Ética
Hoy sigo con la política territorial, lo cual me satisface mucho. Sin embargo, a veces siento impotencia porque las necesidades son muchas en relación con la capacidad de dar respuesta. Pero eso no me hace bajar los brazos, al contrario.
Me siento una mujer realizada tanto en lo profesional como en lo público. He podido desarrollar funciones ejecutivas de mucha responsabilidad legislativa a nivel provincial y local. He tenido el orgullo de ser la oradora en la legislatura cuando se aprobó nuestro proyecto de Paridad, lo cual fue un paso importante hacia la igualdad de género.
- ¿Considera que cumplió todas su metas?
Creo que las metas de todos nosotros nunca se terminan de cumplir.
Aún hay cuestiones pendientes para lograr una verdadera igualdad de oportunidades, la inseguridad es un flagelo que se profundiza, falta mucho para terminar con la violencia y garantizar equidad a los más vulnerables, especialmente a los niños. Todos esos son caminos que aún faltan recorrer y creo que mis metas serán cumplidas por las futuras generaciones.
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